UNASUR: Un indescifrable galimatías
Alentado por Brasil, ¿funcionará en contra de México o en contra del Mercosur?
Luego de firmado el Tratado de Asunción (1991) que creó el MERCOSUR, Brasil propuso en consonancia con sus intereses particulares, la creación del ALCSA (Área de Libre Comercio de Sud América). Fue en 1994.
La idea se fue evaporando pero no la intención. Así surgió la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) en 2001 durante la presidencia de Fernando Enrique Cardoso y en el marco de los quinientos años del descubrimiento de Brasil por Pedro Álvarez Cabral (1) Tanto el ALCSA como la UNASUR han sido iniciativas brasileñas en el marco de su pretensión de liderar el continente suramericano y distinguirlo del resto de América (México, las islas del Caribe, los países de América Central) por eso decimos siempre que hay un rey y once peones en el tablero. Sobran peones y en esas condiciones no se puede jugar al ajedrez.
Si bien es cierto que Brasil es aproximadamente la mitad de la superficie de la subregión y de la población, también es cierto que su proceso de formación e independencia fue totalmente ajeno, diferente y hasta opuesto al de los demás países de la América española. Su afán expansionista se mostró a lo largo de los casi doscientos años de su constitución como país: hoy pertenecen a Brasil trozos de territorio que anteriormente correspondieron a la Argentina, a Paraguay, a Uruguay, a Bolivia y hasta a Ecuador.
En 2004 se firmó el tratado fundacional de la UNASUR en la reunión de presidentes realizada en Cusco, Perú. Es de recordar que el presidente argentino no estuvo presente, entre otros ausentes (adujo que lo afectaba la altura). Hasta este momento tan sólo cuatro (Ecuador, Guyana, Surinam y Venezuela) de los doce países que conforman la UNASUR ha ratificado el tratado por lo cual puede afirmarse razonablemente que la UNASUR todavía no existe sencillamente porque no está vigente. En de destacar que ni siquiera Brasil todavía la ha aprobado. Para su vigencia se necesita por lo menos la firma de nueve países miembros. En total son doce: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Actualmente un ex presidente argentino preside el organismo, aunque su propio país todavía no ha ratificado el acuerdo (¿?). Las decisiones en la UNASUR deben ser adoptadas por consenso. Pero aún lográndose ese consenso “los Estados miembros pueden eximirse de aplicar total o parcialmente una política aprobada, por tiempo definido o indefinido” (Art. 13, párrafo 5). De manera que uno puede preguntarse: ¿para qué adoptar resoluciones que después pueden no cumplirse? Las controversias pueden elevarse a un Consejo de Delegados y Delegadas (sí, “Delegadas”).
La acción internacional de UNASUR se ha desplegado principalmente en dos conflictos, con suerte dispar: en la situación de confrontación entre Colombia por un lado y Ecuador y Venezuela por otro, con relativo éxito; y en el caso de la crisis de Honduras, ambas con un total fracaso.
Ahora el ex presidente argentino a que nos referimos líneas arriba será el secretario de los presidentes de los Estados miembros en un organismo financiado casi totalmente por Brasil y destinado al cumplimiento de los objetivos internacionales brasileños, contando como comparsas y partiquinos al resto de los asociados. En una palabra, aunque seguramente algunos serán torpes de movimientos, deberán todos ponerse a bailar el samba.
Al mismo tiempo, ante la deslucida realidad del MERCOSUR y las declaraciones del principal candidato opositor brasileño (José Serra) rebajando al MERCOSUR a una limitada zona de libre comercio, todo parece indicar que el país promotor de la iniciativa se está inclinando hacia la más política e inocua UNASUR que seguramente piensa le dará mejores resultados. ¿Seguirán los peones la estrategia del rey?
NOTA:
- Cabral ha pasado a la historia por ser el supuesto descubridor del Brasil. El primer hombre que llegó a costas brasileñas, un poco más al norte que donde meses después llegó Cabral, fue Vicente Yáñez Pinzón, uno de los compañeros de Cristóbal Colón en el viaje del descubrimiento de América. Pinzón descubrió el Brasil en enero de 1500 y conoció las desembocaduras del Amazonas y el Orinoco. Un mes después, otro español, Diego de Lepe, desembarcó en Brasil cerca del lugar descubierto por Pinzón. Cabral llegó más tarde, en abril de 1500. Por supuesto conviene a los brasileños actuales que el descubrimiento de su país no haya sido efectuado por españoles, dado que además, de acuerdo al Tratado de Tordesillas de 1494, el territorio del Brasil pertenecía a España.