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Ley de biocombustibles: se viene otra pelea con las provincias agrícolas

Ley de biocombustibles: se viene otra pelea con las provincias agrícolas

El año próximo vence el actual régimen que dio pie a las industrias del biodiésel y del etanol. La Nación pretende prorrogar la actual normativa. Desde la Liga Bioenergética, Córdoba propone cambios.
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CARLOS PETROLI – EDITOR DE CONTAINER

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En la cuenta regresiva de la caducidad de la Ley de Biocombustibles el año próximo, Córdoba es parte interesada como principal origen del maíz y de la industria del etanol en la Argentina.

La puja no será sencilla en plena crisis de precios del petróleo, sostenido internamente por el “barril criollo” y la rama de combustibles fósiles que no admite resignar porciones de mercado. Otro frente son las restricciones arancelarias que enfrenta el biodiésel argentino en el mercado internacional.

El Estado y los gobiernos provinciales son protagonistas en este tablero desde el costado fiscal y de la estrategia de desarrollo. Por el lado de los “bio” están en juego polos productivos en la zona agrícola y futuras inversiones que se calculan en más de mil millones de dólares. La industria se ampara en que provee energía limpia y en la perspectiva de dejar de importar gasoil y naftas, entre otros beneficios.

La Liga Bioenergética, que integra Córdoba junto a otras siete provincias maiceras, sojeras y cañeras, ha ido consensuando posiciones frente a una probable prórroga de la ley. Llegado el momento, la cuestión deberá ser zanjada por el Congreso, pero ya está en la agenda.

Prórroga “condicionada”

El jefe del Gabinete Santiago Cafiero y Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, les adelantaron a los referentes provinciales la intención de prorrogar el actual régimen. “Eso significaría prorrogar los beneficios, pero también los problemas; si no hay tiempo para tratar y sancionar un nuevo proyecto, como nosotros querríamos, sería bueno que la prórroga se haga con algún tipo de condicionamientos”, dijo a Container el ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso, integrante del gabinete productivo provincial.

La hoja de ruta con la que acuerdan en la Liga Bioenergética comprende, entre otros puntos, un cronograma para elevar los cortes de biodiésel (derivado de soja) y bioetanol (maíz y caña de azúcar) con el gasoil y las naftas. Esto llevará a diversificar aún más la matriz energética y un reemplazo paulatino de combustibles de origen fósil.

Provincias agrícolas y cañeras

Avanzar hacia esta meta implica armonizar objetivos de desarrollo integrado, donde la cuerda se tensa por varios lados: el interés fiscal-recaudatorio (la torta impositiva), y los de las industrias automotriz y petrolera, el mayor vector entre estos lobbys, donde actúa la estatal YPF. En la vereda contigua está la Liga que integran las provincias “agrícolas” y “cañeras” (Santa Fe, Salta, Córdoba, Tucumán, Jujuy, Santiago del Estero, Entre Ríos, Buenos Aires).

Ampliar el mercado

Santa Fe tiene en danza un proyecto de ley provincial que propone la migración masiva de gasoil a biodiésel puro, que se aplicaría al transporte público, flota de servicios del Estado, maquinaria agrícola, generación eléctrica, obra pública.

A su vez, las etanoleras apuntan con una nueva ley nacional a llegar en los próximos años con un corte al 27,5 por ciento, para igualar la matriz de Brasil. Ese volumen se completaría (a partir de los 12 puntos actuales que ya se mezclan en naftas) con 1,5 puntos de etanol de caña y 14 puntos del de maíz. Así es como se sumarían inversiones en 14 plantas nuevas de 100.000 metros cúbicos cada una de capacidad.

Neutralidad fiscal

En el camino, se deberá demostrar la neutralidad fiscal para el Estado. En la medida que aumente el corte con etanol, se podrá aumentar los impuestos específicos al combustible mineral, de modo que la ecuación cierre en el surtidor y también para el fisco.

En el caso de la industria automotriz, hay muchas fábricas que ya están produciendo motores calibrados para el Mercosur y para otros destinos. Se razona que si se le fija una pauta clara y cada tres años se va subiendo el corte, se irán efectuando las adaptaciones técnicas sin mayores dificultades.

En la liga de la bioenergía se admite que el principal lobby con el cual se confronta está en las petroleras, YPF entre ellas, debido a que cederían participación de mercado.

Las provincias agrícolas harán fuerza y argumentarán detrás de armonizar intereses. Dirán, por ejemplo, que una matriz energética más diversa ayudará a mitigar la emisión de gases de efecto invernadero y a la contribución de Argentina frente al cambio climático. Y que el desarrollo de los biocombustibles alimentará un círculo virtuoso; habrá una “vaca viva” junto a la Vaca Muerta y los yacimientos del sur.

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