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La inflación de cada mañana: cómo en cuatro años perdimos 132 tazas de leche

La inflación de cada mañana: cómo en cuatro años perdimos 132 tazas de leche

En su “changómetro” edición desayuno, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) hizo números y estableció relaciones que nos dejan mal parados frente a otros países.


La Fundación calculó que, debido a la inflación, en cuatro años perdimos 132 tazas de leche, 33 kilos de azúcar, 47 kilos de naranjas, 17 paquetes de manteca, 15 de pan y 20 potes de dulce de leche.

La propuesta de FADA consiste en medir qué comprábamos con $1.000 en 2017 y para qué nos alcanza hoy. Ejemplos visuales de cómo nuestros pesos cada vez valen menos y cómo es la situación en el mundo y la región. El “changómetro” muestra que la inflación afecta a todo tipo de productos, tanto suben los precios de los alimentos como los productos de limpieza, el alquiler, la nafta, los servicios y la ropa, entre otros.

Según los economisas de FADA, la Argentina se encuentra en el top 10 de países del mundo con más inflación, pero no sólo eso, sino que está en el cuarto lugar con el 48,2% anual, por debajo de Venezuela (2.700%), Sudán (115,5%) y Suriname (48,6%). Según el FMI, la inflación estimada para el 2021 para los países de la región es: Brasil 7,9%, Uruguay 7,2% Chile 5,5%, Colombia 4,3%, Paraguay 4%, Perú 3%, Bolivia 2,5% y Ecuador 1,8%.

Al ver la situación en otros países, la respuesta es que hay formas de “tratar” o controlar la inflación: hay que tener en cuenta tres focos principales: reducir la emisión de pesos, gastar menos de lo que se recauda (equilibrio fiscal) y la confianza en la economía del país. “Para que realmente funcione es necesario que se tomen medidas en los tres sentidos, si no seguimos estancados en el mismo problema”, advierte el economista David Miazzo.

El primer punto es dejar de imprimir pesos. Esto es algo que países vecinos han entendido y han mantenido a lo largo de las últimas décadas, permitiéndoles tener una inflación bajo control. El “changómetro” muestra que el problema no son los precios, son los pesos y su pérdida de valor.

Para dejar de imprimir pesos es necesario contar con equilibrio fiscal. Este es el segundo punto: los gobiernos tienen que dejar de gastar más de lo que recaudan por impuestos, no hay otra opción que controlar el gasto público para controlar la inflación.

El último punto es generar confianza en nuestra moneda: “Los pesos, al igual que cualquier moneda, no son más que un papel impreso, por lo que su valor está determinado por la confianza que genera el país que lo imprime. Hoy nuestra moneda sirve para comprar cosas, pero no en todos los casos es una moneda de referencia y tampoco una moneda en la que se pueda ahorrar”, explica Natalia Ariño.

Y Miazzo completa que, por esto, la solución pasa también por generar confianza, en la salud y el rumbo de la economía de un país. Para ello, es necesario un plan económico consistente que sea capaz de ir solucionando los grandes desequilibrios macroeconómicos del país.

 

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