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Déjà Vu

Déjà Vu

Columna de Nancy Villarruel, Economista.


¿No les pasa? Estos días febriles, con cotizaciones que vuelan y otras que caen estrepitosamente. Normas dictadas entre gallos y medianoche. Personalmente tengo la certeza de que esto ya lo he vivido. Como un mal sueño que se repite.

Ha sido una semana difícil. Todo comenzó con una norma del BCRA que le dio otra vuelta al torniquete de los dólares para pagar importaciones, lo que llenó de preocupación la plaza e impulsó la cotización de los dólares alternativos. Casi inmediatamente empezaron a llegar mensajes de importadores suspendiendo ventas hasta nuevo aviso. A ellos se sumaron las agencias de viaje, en este caso por precaución, porque no habían quedado incluidas. Pero justamente eso genera este desmadre: IMPREVISIBILIDAD. El gran ganador fue el BCRA que –pisando las importaciones- en un par de ruedas recompuso las reservas duplicando el magro resultado de los primeros 5 meses de 2022. Como lo leen: en un par de ruedas compró la misma cantidad que consiguió atesorar en 5 meses y dio vuelta el resultado negativo que había tenido los primeros días de junio. La lista de los grandes perdedores comienza con los importadores, sobre todo quienes no pueden conseguir financiarse a 180 días. Pero la lista sigue con nosotros. Sin insumos, la industria y el agro no producen. El costo de la baja en el nivel de actividad lo sufriremos todos. Aún más, como los importadores no pueden acceder a dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), buscan dólares financieros, con lo que suben el dólar MEP y el CCL. Esto agranda la brecha porque el dólar oficial sube por escalera, pero los financieros van por ascensor.

La aceleración de la depreciación oficial registrada los últimos días y la norma citada exacerbaron la demanda de cobertura de dólar futuro. Allí también el BCRA participó convalidando tasas implícitas entre el 80-100%.

Las malas noticias no terminaron ahí, ya que la emisión siguió descontrolándose. Los bonos en pesos siguieron vendidos y el BCRA volvió a intervenir comprando para sostener las cotizaciones. A ello se sumó mayor emisión  para asistir al Tesoro, que sumado a lo anterior alcanza la friolera de casi $1 billón, equivalente al 25% de la base monetaria.

Todo este mal manejo de la política económica se refleja en el balance del Banco Central. Regula el MULC, financia al Tesoro, interviene en el mercado de dólar futuro y en el mercado de bonos para sostener cotizaciones en caída. La situación es delicada, y resta ver cómo sigue. Stay tunned!


Esta columna fue publicada en la edición digital de la Revista Container el domingo 4/07/022.

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