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China y Taiwán, sobre llovido, mojado

China y Taiwán, sobre llovido, mojado

Lic. Nancy Villarruel, Economista.


Un nuevo conflicto se cierne sobre el orden geopolítico y económico mundial. Luego de que a inicios de 2022 presenciamos el comienzo de la invasión a Ucrania por parte de Rusia que aún continúa, las recientes incursiones de China en el espacio aéreo y marítimo cerca de Taiwán reavivaron los temores de nuevas disputas sobre el tablero del planeta. La isla ha sido durante mucho tiempo una fuente de tensión entre Estados Unidos y China, que se volvió a encender con la visita de Nancy Pelosi. Recordemos que ambas potencias estuvieron al borde de la guerra por Taiwán en dos ocasiones en los años cincuenta.

No debemos olvidar que Taiwán, por su condición de mayor productor de semiconductores, juega un papel fundamental en la cadena de valor mundial y que una crisis de suministros acarrearía graves consecuencias para la industria internacional, agravando las presiones inflacionarias, ejerciendo además una presión adicional sobre los bancos centrales.

Los semiconductores son clave para la producción de los microchips utilizados en casi todos los dispositivos electrónicos cotidianos. Además, dan vida a la tecnología militar, aeroespacial o sanitaria. Taiwán produce más del 90% de los chips de alta tecnología del mundo, lo que la convierte en un aliado económico indispensable.

En las últimas tres décadas, la producción de chips en EE.UU. ha caído. Mientras otros países invertían en este sector estratégico, la industria tecnológica estadounidense optó por centrarse en el diseño, entonces más rentable.

Así, la capacidad de fabricación de semiconductores del país ha pasado de una cuota del 37% mundial en 1990 al 12% actual. China –con su mano de obra barata– ha aprovechado ese declive para ganar mercado, convirtiéndose en la proveedora de ese componente vital para gigantes estadounidenses como Apple, Amazon, Google o Meta y la surcoreana Samsung. Xi Jinping, el líder más poderoso que ha tenido China en varias generaciones, ha dejado muy claro que considera la unificación de Taiwán con China como un objetivo principal de su gobierno.

La crisis sanitaria provocada por el Covid puso en evidencia la dependencia de EE.UU. en la fabricación de chips y es en ese contexto que la administración de Joe Biden está moviendo sus piezas para tratar de recuperar el liderazgo perdido en este campo. Justo cuando los problemas de desabastecimiento empezaban a relajarse, surgen  turbulencias geopolíticas en el Mar de China Oriental. Stay tunned!

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