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La guerra a la inflación es mentira

La guerra a la inflación es mentira

Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.


Es muy difícil digerir las declaraciones del Ministro de Economía. No creo que haya razones para festejar una inflación que sigue sostenida encima del 6% mensual. Aunque los guarismos sean más bajos, vienen de dos meses con valores superiores al 7%. Seguimos con fiebre altísima, y bajarla de 41 a 40 grados no es estar mejor. Sobre todo porque si se analizan los principales rubros, los alimentos y bebidas subieron un 6.7%, lo que pega de lleno a los sectores más vulnerables. Con lo cual, el dato del Nivel General no es real para los bolsillos de los trabajadores y obreros, porque su sueldo se destina principalmente a ese rubro.

Ya hemos asistido lo suficiente al debate sobre el origen de la inflación. Si se me permite, a estas alturas ni siquiera creo que sea necesario, ya que en Argentina el aumento desbordado de los precios se ha vuelto un mal endémico. La solución ya ni siquiera pasa por dejar de emitir. Cuando en nuestro país se ha dado rienda suelta a la emisión monetaria, la inflación ha aparecido. Pero cuando la emisión se frenó la inflación no necesariamente bajó. Esto se debe a que los períodos persistentes de aceleración de precios producen una modificación de las expectativas de los agentes económicos que actúan suponiendo que la inflación continuará alta, y eso es lo que sucede. Aunque el origen del aumento de precios sea monetario y/o fiscal, el hecho de no corregirlo inmediatamente provoca un cambio de expectativas que lo vuelven permanente, convirtiéndolo en un problema de raíz casi sociológica. Y su resolución ya no es económica, sino política.

A estas alturas, los trascendidos acerca de un eventual Plan de Estabilización que podría lanzarse el mes próximo no pareciera ser la solución. Venimos de tantos meses de precios en alza que un “acuerdo formalizado de precios y salarios que baje drásticamente la escalada de precios por cuatro meses” suena más a una quimera que a una posibilidad. Quizás lo hubiera sido hace 15/18 meses. A estas alturas, con paritarias cerrando en torno al 100% anual, con el fin de año en ciernes, un Gobierno adicto al gasto social con fines electorales y ciudadanos agotados de esforzarse sin lograr la retribución de llegar a fin de mes sin sobresaltos, pretender un acuerdo de precios y salarios parece una ficción.

El Gabinete analiza reacomodar precios relativos para “parar la pelota por cuatro meses”, mientras una gran parte de los argentinos hace rato pedimos la hora. Stay tunned!

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