Riesgo monetario, el más elevado de los últimos 14 años
El dato surge del Índice de Riesgo Monetario (IRM) que elabora la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, junto a la consultora Romano Group.
Con todas las variables actualizadas a septiembre 2022, el índice alcanza el 62,4%, el más elevado de los últimos 14 años, enumera el profesor Alfredo Romano, quien impulsó el desarrollo del IRM.
“Los números son el reflejo de la extrema fragilidad monetaria causada por una excesiva emisión acumulada en los últimos 26 meses y la pérdida sistemática de reservas internacionales”, explica.
De acuerdo con el IRM, sólo en el último mes, la expansión monetaria por el efecto del dólar soja alcanzó los 1.145.000 millones de pesos; creció un 27%. Ante tal escenario, en el informe se expone que el BCRA debió esterilizar la emisión incrementando considerablemente los pasivos remunerados, para alcanzar los $ 8.4 billones, que, a su vez, generaron intereses mensuales por $ 408 mil millones.
Las ventas del sector agroexportador acumularon un récord de U$S 8.100 millones; esto permitió que el BCRA comprara en el MULC U$S 5.000 millones, y aumentara las reservas netas. Sin embargo, no se pudo revertir la suba dramática del riesgo país, debido a un complejo contexto global, lo que generó mayores niveles de estrés al índice.
“Tomando de referencia la historia reciente, es probable que la economía doméstica sufra un shock para estabilizar el índice de riesgo monetario”, predice Romano. Al mismo tiempo, recuerda que el shock puede ser un evento positivo, como lo fue la reestructuración de deuda o acuerdo con el FMI, que relajaron las condiciones monetarias a partir de un ingreso de liquidez.
Aun así, advierte que el panorama es negativo. En este escenario de subas de tasas en el mundo, resulta difícil pensar en lograr un nuevo shock de confianza y consideramos que la economía está ingresando en una dinámica negativa, de desconocido desenlace. La inflación proyectada por encima del 100% para 2022 sumado a un tipo de cambio atrasado en términos reales y unos pasivos remunerados alcanzando nuevamente un pico de U$S 58.276 millones, presionan a una corrección cambiaria. Por ende, resulta probable que la economía doméstica sufra un shock de desconfianza en los próximos meses, materializado en una posible devaluación, sumado a posibles escenarios de estrés de la deuda doméstica.