Para los exportadores de carne vacuna, las sombras de 2022 se proyectan al 2023
Este año contabilizan una facturación por embarques cercana a los 3.500 millones de dólares. Preocupa la fuerte caída de los precios internacionales.
De este modo y bajo el título “Las sombras de 2022 se proyectan al 2023” resumió su balance y perspectivas el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC para el cierre del actual calendario.
“Lejos en el tiempo quedaron los valores récord de más de U$S 17.000 por tonelada que pagaron los importadores europeos a mediados del primer semestre; tampoco se podrá volver a pensar, en el corto y el mediano plazo, en garrones y brazuelos a más de U$S 8.500 o en los cuartos de vaca a U$S 6.500 por tonelada. La realidad, para los primeros meses del año entrante, nos depara precios entre 30% y 40% inferiores”, señala el informe.
Seguidamente, la evaluación del consorcio ABC menciona los siguientes puntos:
-Durante los meses de precios elevados en el mercado chino, la industria frigorífica tradicional debió enfrentar la competencia de los operadores sin planta que entran al negocio cuando los precios son altos y salen cuando son bajos.
-Las condiciones climáticas de extrema sequía en muchas zonas ganaderas del país han provocado una sobreoferta de hacienda para faena en buena parte del año 2022; sin embargo, cuando comience a normalizarse el régimen de lluvias, seguramente se generen las condiciones para una retención de hacienda de parte de los productores, limitando la oferta de ganado y la producción de carne bovina.
-El desafío más grande que enfrentará la industria exportadora de carne bovina el próximo año será el de la competitividad. China es el principal destino de nuestras exportaciones, absorbiendo aproximadamente el 75% de nuestros volúmenes despachados, y también es el principal importador de esta proteína a nivel global. En el actual contexto de precios deprimidos y una demanda más selectiva, Argentina no solo debe disponer del producto, sino también ser capaz de poder colocarlo en el mercado en condiciones similares a los de los principales competidores: Brasil, Uruguay, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
-Las empresas exportadoras radicadas en estos países no deben enfrentar obstáculos como los cupos de exportación, los cortes prohibidos, los derechos de exportación o los tipos de cambio múltiples.
-La ecuación actual de menores precios en los mercados de destino, combinada con elevadas tasas de inflación a nivel doméstico vuelve imprescindible la adecuación del tipo de cambio efectivo al cual se liquidan las divisas obtenidas.
-La foto del último trimestre del año 2022, con precios internacionales en caída, costos industriales en alza y una oferta que solo se mantiene abundante debido a la situación climática para la producción primaria proyecta un panorama que alerta sobre las expectativas de la industria exportadora de carne bovina para el año 2023.
-Con el actual esquema cambiario, el precio del novillo en dólares neto de derechos de exportación es el más alto de la región; el costo salarial que se actualiza en línea o por encima de los índices inflacionarios, se vuelven una carga cada vez más pesada convertidos a dólares, y la evolución de las tarifas de energía eléctrica y gas y también los combustibles han comenzado a evolucionar en los últimos meses por encima del valor del tipo de cambio oficial.