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Economía: las señales inquietantes con las que arrancó 2023

Economía: las señales inquietantes con las que arrancó 2023

Con la inflación lejos de un freno, el gasto en alza –lo que obligaría a un ajuste mayor– y saldo negativo en la balanza comercial, Massa está cada vez más lejos de los objetivos que lo llevaron al cargo.


El año arrancó con una rodada. Lejos de los objetivos, el plan pergeñado por Sergio Massa para estabilizar alumbra resultados controvertidos. El dato más visible de ese fracaso es la inflación: comenzó su gestión con una inflación del 78,5% y ahora está en 98,8% anual. El IPC de enero sonó a alarma y febrero se visualiza igual.

Pero otros elementos permiten visualizar que el planteo con el cual el Gobierno llegará a las próximas elecciones no permitirá recuperar la confianza y posiblemente tampoco convencer al electorado. Sólo el freno al dólar blue puede anotarse como un dato alentador, aunque desde que subió, hace 5 meses, aumentó el 30%.

Tras un semestre seguido de caída real del gasto, este volvió a subir en enero de 2023.

“Del análisis surge que los ingresos totales tuvieron una variación interanual real negativa de 3,2%, mientras que los ingresos tributarios cayeron un 2,7% real”, evaluó el economista Nadin Argañaraz del Iaraf.

Por el lado del gasto primario, subió un 6,2% interanual real, la mayor a la de enero del año pasado, del 4,1% real.  Comparado a los meses previos, el aumento del gasto primario interanual real de enero implica un cambio respecto a los seis descensos continuos registrados en el segundo semestre de 2022.

Ese aumento del gasto podría interpretarse como un dato dirigido a sostener la inversión social (que en algunas interpretaciones le aseguraría votos al Gobierno) pero en la realidad fue para pagar importaciones energéticas. Y, lo más inquietante, es que obligará a recortar otros gastos en el futuro.

“De los ingresos y gastos, surgió que un déficit fiscal primario de $203.938 millones, equivalentes a un 0,13% del PIB. Por lo tanto, dada la meta del 1,9% del PIB para todo el año, en los próximos 11 meses el gobierno tiene que registrar un déficit del 1,77% del PIB”, indicó el economista.

No termina ahí, la sequía ya pega en la mandíbula por el lado de los ingresos. Con exportaciones por U$S 4.900 millones e importaciones por U$S 5.384 millones en enero, el saldo comercial fue deficitario en U$S 484 millones, es un “rojo” alto comparado con el superávit de U$S 297 millones de igual ciclo de 2022, hizo notar la consultora Abeceb.

Este déficit se produce pese al aumento de los precios internacionales (+1,6%) y obedece a la caída de las cantidades exportadas que se derrumbaron -13,3% interanual. Enero, además, profundizó el deterioro evidenciado en diciembre, con una caída de -11,7% contra -7,1% de aquél mes.

“Para dimensionar el magro comportamiento de enero, cabe destacar que las exportaciones alcanzaron el menor nivel de los últimos dos años (hay que remontarse a febrero de 2021 para encontrar un valor inferior) y no mostraban una caída tan grande en términos anuales desde junio de 2016, excluyendo el 2020 por la pandemia”, analizó Abeceb.

Esa caída se explica, asimismo, por la disminución de los envíos de productos primarios (-44,7% en cantidades), algo esperable dado el impacto de la sequía en la cosecha de trigo.

Las importaciones, vitales para la industria, verificaron una caída del -0,8% en cantidades, pero el mayor peso fue el de la importación de combustibles y lubricantes, además de piezas y accesorios.

Para el futuro, Abeceb estimó que las exportaciones agrícolas tendrán una caída de entre -U$S 5.500 millones y -U$S 8.500 millones.

Un tercer elemento lo aportó la Unión Industrial Argentina con su informe CEU.

“De cara al 2023, el año comenzó con un buen nivel de actividad del año anterior pero con un bajo arrastre estadístico y una visible desaceleración de la producción. Dado el año electoral y los desafíos macroeconómicos por delante, el foco de la coyuntura seguirá puesto en la brecha cambiaria, las reservas internacionales y los controles a las importaciones, que condicionarán la dinámica de la actividad”, sintetizó esa organización.

En 2022 la actividad industrial, indicó la UIA, cerró con un incremento interanual de 6,5% y fue el segundo año consecutivo de crecimiento, luego de la fuerte caída de los años 2018-2019-2020.

En diciembre se registró una caída de -1,1% i.a., la primera caída interanual en 10 meses. Asimismo, registró una contracción mensual de -3,2% respecto del mes de noviembre, dijo la UIA.

“Pero también comienza a impactar el menor dinamismo de la actividad (construcción, sequía en el agro, entre otros), la suba en el costo de financiamiento y dificultades derivadas de las restricciones al acceso de insumos importados”, remarcó.

Diciembre marcó una señal a nivel industrial que no encuentra elementos para que se revierta en el arranque de 2023.

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