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El valor económico de la esperanza

El valor económico de la esperanza

Columna por Lic. Nancy Villarruel, Economista.


Recuerdo cuando asumió Néstor Kirchner en mayo de 2003 y los principales indicadores de la economía empezaron a moverse en sentido positivo sin que el entonces flamante presidente planteara nada parecido a un plan económico. En aquel momento, en una explicación personal pasaba por atribuir ese efecto al “valor económico de la esperanza”.

Veníamos de épocas tan duras que el solo cambio de gobierno nos predisponía favorablemente y los agentes económicos se movían empujados por ese buen humor. Actualmente no estamos atravesando por una situación parecida, sin embargo, cabría retomar aquella explicación para fundamentar por qué, ante indicadores macroeconómicos tan malos, al contexto recesivo y la elevada inflación, el mercado financiero sigue sostenido.

El dato del déficit primario en términos reales mostró la peor performance en décadas. Las reservas se van extinguiendo mientras la sequía y las heladas tempranas nos auguran una profunda caída  en la producción de soja. La inflación sigue fuera de control y el EMAE confirmó el cuarto mes consecutivo de caída del PBI.

Con este panorama de reservas languideciendo, recesión e inflación, no parece haber forma alguna de cumplir las metas del FMI, por lo que ya ha trascendido que el equipo económico estaría tanteando la posibilidad de obtener un “primer” waiver del organismo o negociar un cambio en las metas. Ambas posibilidades tienen alta probabilidad de conseguirse.

De confirmarse el escenario más probable de caída de las reservas por menores exportaciones, al BCRA no le quedará otro camino que ajustar/restringir la demanda. Recordemos que la contracción del nivel de actividad económica actual tiene como principal factor explicativo las restricciones sobre las importaciones, con lo que mayores ajustes tendrán como colateral una profundización de los efectos recesivos y una suba de precios por la escasez que impulsarán aún más la inflación.

Perdón (el “waiver”) o correr el arco servirán sólo para la foto con el Fondo, pero aquí debemos seguir remando el día a día, con ingresos que alcanzan cada vez para menos. El mercado parece descontar que este “vamos viendo” continuará sin ajustes drásticos en el corto plazo.

No obstante, en algún momento deberá ajustarse el tipo de cambio, bajar el gasto y proponer vencimientos de deuda a mejores plazos. Mientras dure la campaña electoral, el Gobierno tratará de no hacerlo. El mercado aún no entró en pánico, sigue apostando al cambio político, pero se sabe que la oposición no quiere pagar un desmadre que ellos, dicen, no provocaron. Stay tunned!

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