El desequilibrado equilibrio del sistema de importaciones
Cuando se abre el informe suministrado por el Ministerio de Economía de la Nación, se observa que claramente aparecen ganadores y perdedores en el reparto de los U$S 27.335 millones autorizados.
Oficial pero extraoficial. Así fue el informe proporcionado por el Ministerio de Economía de la Nación a la prensa para salir a desmentir que las importaciones estén frenadas por falta de divisas. El trabajo comprende el período octubre de 2022 y febrero de este año inclusive.
Allí se ve, con claridad, que hay ganadores y perdedores en el esquema. Por ejemplo, las terminales pudieron seguir trayendo autopartes y autos (aun cuando falten en las concesionarias) y la gran industria proveedora de Precios Justos consiguió asegurarse insumos. El resto, a pelearla.
El informe dice que se solicitaron SIRAs por U$S 35.836 millones, con un aumento interanual para el período del 44% y de esas se autorizaron por U$S 27.335 millones, lo que baja el incremento contra igual ciclo del año pasado al 11%. Con esto, afirma, fue autorizado el 76% del monto pedido.
En cuanto a las cantidades, fueron solicitadas 315.589 SIRAs, lo que implica un incremento interanual para el ciclo del 33% y resultaron avaladas 236.717, una suba del 2% y un nivel de luz verde del 75%.
Primera lectura del Gobierno: desde que se puso en marcha el esquema hubo una especie de desesperación para pedir autorizaciones y aunque cerró la puerta y se aprobaron solo 2% esto representa así y todo un 11% más que en el ciclo del año precedente.
De las 21.885 empresas que pidieron, el 98% fueron Pymes, con un índice de aprobación del 87%, es decir, 19.048 lograron realizar la importación.
Pero esa proporción de más empresas pequeñas y Pymes que empresas grandes que consiguieron el ok del estado, se revierte cuando se observan los montos y los sectores.
En el acceso al Mercado Único y “Libre” de Cambios (MULC) lo que más dólares se llevó fue la importación de energía, un bien al que el Estado considera “final” y lo pone a competir contra, por ejemplo, bienes de consumo en la estadística.
Energía obtuvo U$S 5.298 millones cash. Otras grandes ganadoras fueron las terminales automotrices: se llevaron U$S 2.938 millones, de los cuales U$S 2.278 se pagaron a 45 días y U$S 660 millones a 120.
En esa lista en color verde están también las empresas que intervinieron en el acuerdo de Precios Justos, en su mayoría grandes alimentarias y fabricantes de artículos de higiene, obtuvieron de “inmediato”, dice el reporte, U$S 3.501 millones.
Las Pyme del rubro alimentario, en cambio, no tuvieron la misma suerte y muchas están luchando en Córdoba por conseguir que se les aprueben insumos básicos para no tener que cerrar sus puertas.
Otros U$S 6.286 millones fueron aprobados por el BCRA en el marco de su comunicación 7622 que incluye kits para la detección de Covid, drogas para la producción de medicamentos, aceites de petróleo, algunos bienes de capital, tubos de acero, laminados, determinados insumos plásticos y dispositivos para el sistema energético, entre otros.
Economía asegura que el 51% de lo autorizado corresponde a insumos y materiales para la producción, con el 81% de aprobaciones. A las Pymes se les autorizó el 65% de lo solicitado y a las grandes el 83%, cabe mencionar que el Gobierno considera que las primeras son las que facturan menos de U$S 10 millones.
El comercio, atado a bienes de consumo finales, tuvo una participación del 13% en las autorizaciones, pero ahí están también los autos importados.
Cuando se ven las importaciones por sectores, Combustible y Energía pidió por U$S 5.491 millones y se le autorizó por U$S 5.298 con un índice de aprobación del 96%. En el cuadro incluido con esta nota se puede ver sector por sector en orden a lo solicitado, autorizado y porcentaje.
Sobre el final del informe oficial se indica que con el SIRA las importaciones aumentaron un 3%, pero al mayor incremento lo anotó la importación de combustible que subió el 59% contra el año pasado. El resto de las importaciones bajaron el 4%. Esa curva se cruza, supuestamente, con el crecimiento de la economía pregonada por el Gobierno que, precisamente ahora, comenzó a caer.
