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Las lecciones que nos deja una nueva crisis

Las lecciones que nos deja una nueva crisis

Lic. Nancy Villarruel, Economista.


Cualquier argentino con más de 50 años de edad, ya ha vivido suficientes crisis generadas a nivel mundial o sacudones con epicentros locales como para estar entrenado en la temática.

Aunque todos esos eventos tuvieron orígenes y resultados diferentes, hay patrones de comportamiento en los argentinos que permiten trazar paralelismos al momento de estar generándose.

Mis compatriotas saben que si la inflación se empieza a acelerar hay que stockearse de bienes, sobre todo de consumo. Y si el dólar se dispara hay que endeudarse en moneda local y, si es posible, en cuotas.

Quienes administran un comercio manejan con precaución los precios y/o los productos ante la incertidumbre de no saber a qué costo podrán reponerlos. Somos especialistas en hacer cuentas a contrarreloj para ganar algo que nos permita tomar revancha del deterioro en el poder adquisitivo. Ya se sabe, los argentinos no queremos perder ni a las bolitas, pero esto ya no es cuestión de orgullo, es pura defensa propia.

En tren de saber hasta dónde podemos llegar en esta vertiginosa carrera del dólar, sin quedarnos sólo con la coyuntura local que nos enfrenta a un elevado nivel de deuda, pocas reservas y una sequía descomunal, debemos ampliar nuestro análisis para considerar que estamos asistiendo a un proceso de suba de tasas a nivel internacional.

De hecho, el mercado mundial descuenta que la próxima semana la FED elevará la tasa otros 25 puntos, en línea con lo que ha sido su plan original y considerando los últimos datos de la inflación americana conocidos esta semana.

Así, encontramos similitudes con el contexto reinante en 2018, cuando la sequía y la suba de tasas obligó al gobierno del entonces presidente Macri a absorber pesos generando un stock creciente de Leliqs.

Actualmente, las Lebacs son la forma de absorción del excedente de circulante y los intereses que generan por la creciente tasa de interés está causando preocupación por el destino de ese entramado monetario. La suba de tasas de esta semana –acertada pero tardía– no hace más que profundizar ese temor.

Si algo hemos aprendido en nuestra historia de crisis cíclicas es que salimos. Golpeados, algunos más empobrecidos que otros. Pero salimos. Esta vez no tiene por qué ser diferente. Ya sabemos que será doloroso, largo, costoso.

Pero será en manos de otro equipo y con el fenómeno climático del niño. Sumemos que se especula que la FED deberá cesar las subas atendiendo a que la inflación se viene mostrando contenida y la recesión se cierne como amenaza.  Stay tunned!

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