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Ensayos políticos posmodernos

Ensayos políticos posmodernos

Columna por Walter Giannoni.


Es muy difícil tratar de comprender lo que sucedió en los últimos días en una parte de la política argentina. Hay decenas de explicaciones y razones que sirven para sostener lo que uno cree que ocurrió, pero en verdad faltan datos que permitan verificar la consistencia de este temblor.

Aunque contiene enormes márgenes de improvisación avalados por aquella famosa frase de múltiples autores (desde Maquiavelo hasta Churchill, “La política es el arte de lo posible”), la materialización de la política también requiere de hechos fácticos, medibles y analizables.

Ejemplo: una fuerza política que representa a masas populares trabaja sobre la base de la demanda de esas masas. En función de ese hecho fáctico, real, obtiene o no determinados resultados.

Pero en Argentina luce un escaparate donde parece que todo está mezclado. Y la vocación dirigencial, según se ha visto, es mezclar todavía más la oferta de postulantes ubicados en esa vidriera imaginaria. Es decir, salir de la integralidad de una mirada ideológica para atravesar todas las miradas transversalmente.  Así se explica, por ejemplo, el frente impulsado por el oficialismo cordobés que incorporó referencias del radicalismo y del PRO. Imaginemos que en la noche del domingo 25 de junio se consagren los candidatos de ese espacio, ¿quién habrá ganado la elección, el peronismo cordobés, el radicalismo auténtico u otra fragmentación? ¿A qué partido se le debería atribuir la victoria? porque, como se sabe, las victorias nunca son huérfanas.

Algo semejante ocurre con el intento, aparentemente desactivado, de integrar a Schiaretti a la interna presidencial de Juntos por el Cambio. Desde lo ideológico, al gobernador de Córdoba le sobran pergaminos para integrar dicho espacio. Es más, posee una coherencia vinculada con la defensa de la actividad privada, la promoción del empleo y ciertos límites al rol del Estado que muchos de los propios integrantes de JxC no pueden demostrar.

Sin embargo, sería raro verlo a Schiaretti metido en una Paso de esas características. El gobernador cordobés es un peronista nato, se reivindica como tal y se siente orgulloso de su origen, como repite una y otra vez cuando recuerda el origen de su familia.

Pero tal vez, lo más impresionante de todo lo ocurrido hasta ahora sea que existan dirigentes que propongan ensayos con la ilusión del progreso apolitico, que ni siquiera las Democracias avanzadas han logrado materializar del todo, más todavía en un país anclado en el atraso.

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