Julio: la balanza comercial continúa en rojo a pesar del freno importador
Según Abeceb, el deterioro del saldo comercial en 2023 no será mayor gracias al notable achicamiento del déficit en la balanza comercial energética.
En julio, las importaciones sufrieron la mayor contracción del año, en una suerte de cierre de grifo obligado ante la carencia de divisas. Las exportaciones volvieron a caer manifestando el efecto de la sequía, pero en menor medida que en junio, evaluó la consultora Abeceb.
Las exportaciones totalizaron USD 6.060 millones en julio, lo que implicó una caída del 22,4% (vs 35,8% ia en junio), mientras que las importaciones totalizaron USD 6.709 millones, cayendo 19,1% en la comparación anual (cuando en junio habían caído 16,3% i.a.).
De esta manera, el Gobierno aplicó una vuelta más al torniquete implementado sobre las importaciones, y junto con una caída más suave de las exportaciones logró acotar fuertemente el déficit: este alcanzó los USD 649 millones, lo que resultó un 64,6% inferior al déficit récord de junio. No obstante, la apremiante situación de las reservas sigue empeorando y deja aún menor margen para agosto, aun utilizando yuanes en lugar de dólares.
Esto implica que mientras en los primeros 7 meses de 2022 se acumuló un superávit de USD 2.493 millones, en 2023 ya se computa un déficit de USD 5.146 millones, lo que indica que por balanza comercial la Argentina está perdiendo nada menos que USD 7.639 millones.
El intercambio comercial de Argentina (exportaciones + importaciones), totalizó USD 12,769 millones en julio y sigue en la pendiente, con una caída interanual de nada menos que 20,7%.
¿Qué pasó con las exportaciones?
Las exportaciones siguen cayendo producto del efecto de la sequía. Los valores exportados cayeron un 22,4% i.a. en julio, acumulando 9 meses consecutivos de depresión de las exportaciones -lejos quedó noviembre donde las exportaciones todavía crecían al 15%-. El porcentaje de caída fue menor dado que se ingresa en una nueva campaña agrícola y la industria y la energía no mostraron el derrumbe de junio.
La contracción de las exportaciones en julio se explica casi en partes iguales por precios y cantidades: en el primer caso impactó un 11% y en el segundo un 12,7%. Un aspecto a destacar es que en julio no hay una caída tan pronuncia de las manufacturas industriales, y los combustibles y lubricantes muestran una recuperación interanual, mientras que en junio habían jugado muy negativamente.
Analizando por rubro, la mayor caída en las exportaciones en julio se registra en los productos primarios, que se contrajeron 41,3%, sobre todo por un descenso del 35,6% en cantidades, por las menores ventas de cereales y frutos oleaginosos.
Luego se ubican las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), que se contrajeron principalmente por una caída de 15,6% en precios. Esto se debió en mayor parte a la caída de las ventas de harina de soja, y luego también de aceite de soja y carne vacuna. Entre los 3 rubros mencionados se produjo una contracción de las exportaciones de casi USD 750 millones.
También hay una contracción de las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial, de un 3,3%, que implica una contracción de USD 65 millones. Si bien este valor es bajo, hay que considerar que en casi todos los rubros industriales se produjo una caída muy importante de las exportaciones en el mes, que oscila entre 20% y 45%. La diferencia es que esta vez estuvo compensado por un aumento del 18,8% de las exportaciones automotrices, que por su gran impacto logró maquillar la pérdida acelerada de exportaciones industriales.
Con el torniquete importador, gran parte de los sectores industriales tienen dificultades de abastecimiento, lo que impacta directamente en su capacidad de exportación.
Por su parte, la novedad es el aumento de las exportaciones de combustibles y lubricantes de un 17,6% interanual, por una duplicación de las cantidades, a pesar que los precios cayeron 37,8%.
¿Qué pasó con las importaciones?
Los valores importados cayeron 19,1% i.a. en julio, dando la premisa que fue un mes de restricciones severas para importar. No obstante, el efecto más relevante de la caída fue la depresión de precios, especialmente de los combustibles (-11,2%), bienes intermedios (-7,1%) y bienes de capital (-4,6%).
Los rubros que explican la caída de las importaciones son en primer lugar, y con distancia del resto, los combustibles, que permitieron ahorrar USD 1.434 millones, con una caída de 60,7%, y en segundo lugar el sector automotriz, donde se importaron USD 157 millones menos, lo que implica una caída de 78,5%. Luego, los bienes de consumo cayeron 5%.
Se advierte que las autoridades priorizaron las compras de bienes de capital, que crecieron 1,9%, las partes y piezas de bienes de capital, que aumentaron 7,1% y los bienes intermedios, que sólo cayeron 2,1%. Esto implica que se buscó reducir el impacto sobre el sector productivo y la producción a pesar de la necesidad de frenar el drenaje de divisas por la balanza comercial.
Por supuesto, cabe aclarar que la caída de las importaciones no es mayor dado las importaciones con plazos de pago a 180 días, que acumula un monto de deuda comercial ya superior a los USD 15.000 millones.
Perspectivas
Hacia delante continuamos esperando que el intercambio comercial siga cayendo tanto por exportaciones como por importaciones. Como previamente, esperamos que las exportaciones se contraigan en torno a 20%, mientras que las importaciones lo harían un -10% ia.
Al no haberse recibido un nuevo desembolso de dólares por parte del FMI, la política de restricción de las importaciones continuó acentuándose en agosto, ya que la liberación de los tramos de swap de China no resultan suficiente ante la acelerada caída de las reservas netas ante la incertidumbre cambiaria. El período electoral y el nerviosismo que ello concita no ayuda a estabilizar la economía y las brechas cambiarias siguen en torno al 100%, por lo que se avisora posibilidades para liberar las importaciones.
En cuanto a las exportaciones, salvo una recuperación de las exportaciones a partir de una excelente cosecha de invierno y la liquidación de los stocks existentes, el año cerraría con un inevitable déficit que consolidará una pérdida de divisas del orden de USD 7.000 millones para 2023 vía balanza comercial.
Por último, se vuelve a resaltar que el deterioro del saldo comercial en 2023 no será mayor gracias al notable achicamiento del déficit en la balanza comercial energética que pasaría de un saldo negativo de USD4,359 millones en 2022 a un escenario equilibrado en 2023.
Ello producto de la suba combinada de las exportaciones energéticas, principalmente de crudo (tras la habilitación del Gasoducto a Chile OTASA) y la caída de las importaciones principalmente de gas traccionada por la merma de los precios internacionales energéticos tras la descompresión de las tensiones por la guerra Rusia Ucrania.