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¿Hacia dónde vamos? La agroindustria tiene compañía con tres sectores claves

¿Hacia dónde vamos? La agroindustria tiene compañía con tres sectores claves

La industria minera en expansión a partir del litio, la economía del conocimiento (con 480.000 empleos) y la producción de petróleo y gas constituyen, junto con la agroindustria, pilares para potenciar el desarrollo del país. Qué dijeron sus referentes en el Coloquio Industrial de la UIC.


Por Carlos Petroli, Especial para Container.


La infraestructura de la Argentina no está preparada para un crecimiento exportador. La advertencia proviene de la plataforma agroindustrial cuando se habla de las prioridades, capacidades y retos de esta década en materia de desarrollo productivo.

“La Hidrovía es Ezeiza para la Argentina. Si no tenemos los pies de calado y de dragado suficientes, no vamos a llegar más al mundo”, dice Gustavo Idígoras, presidente de CIARA-CEC durante un panel en el 15° Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba. El referente de la agroindustria ilustró de ese modo las inversiones que se requieren en materia de infraestructura, tanto en rutas, trenes, aeropuertos, necesarias para sostener la competitividad.

El panel aportó indicadores sobre lo que pueden aportar en inversiones y generación de empleo, junto con la agroindustria, otros tres sectores claves: la economía del conocimiento, la minería y la producción de petróleo y de gas.

Verónica Asla, vicepresidente de Argencon, institución que nuclea a empresas prestadora de servicios de todos los verticales de la economía del conocimiento, apunta que la Argentina cuenta con un stock de capital humano de primer nivel “fruto de años de inversión en la educación”.

Hacia adelante, se perfila una demanda de profesionales para poder duplicar o triplicar el sector en algunos años. “En las distintas empresas que conformamos Argencon y la industria del conocimiento hemos tenido un ritmo de crecimiento sostenido de entre el 15 y el 20% anual; este es el primer año donde por los temas tal vez de la recesión en Estados Unidos y en Europa va a bajar un poco la demanda, pero todos seguimos con planes de crecimiento”, indicó.

Asla precisó que la Argentina ingresa por este sector 7.800 millones de dólares de divisas por año, con 480.000 empleos, con lo cual “va cobrando una relevancia como estratégico”. Se trata de una actividad que no requiere grandes inversiones de capital. En el país hay alrededor de 50 centros de empresas globales atendiendo a clientes en el exterior. 

La estrella del litio.

Roberto Cacciola, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) sostuvo que la Argentina se ha convertido en el cuarto productor mundial de litio. “Hay tres plataformas en actividad y seis proyectos en construcción; posiblemente en un par de años desplacemos del tercer lugar a China”, dimensionó. A comienzos de año entraron con mayor actividad dos proyectos y hace un mes comenzó a producir el tercero, la minera Exar en Jujuy, la más grande del país.

“Con el cobre, tenemos cinco proyectos listos para ir adelante, que representan una inversión de aproximadamente 22.000 a 24.000 millones de dólares, y que están esperando condiciones”, apuntó Cacciola.

En las industrias de gas natural y petróleo, Manuel García Mansilla, director ejecutivo de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos, precisó que la producción actual de petróleo está en los  600.000 barriles diarios, pero hacia 2030 se podrían alcanzar 1.400.000 barriles. En el caso del gas, la producción es de 130 millones de metros cúbicos por día, pudiéndose llegar a 220 millones en 2030. “En ambos casos podemos triplicar la actividad en materia de producción de petróleo y casi cuadruplicar la actividad en materia de gas natural”, destacó.

“Para eso hay grandes desafíos; lo que se requiere es un marco regulatorio que permita que no se desacoplen los precios locales de los internacionales; que los productores puedan negociar libremente precio y volumen; poder negociar contratos de exportación a largo plazo, especialmente en materia de gas natural, y que también incentiven la instalación de una planta de licuefacción”, enumeró.

En materia de infraestructura proyectó que hacia 2027 se requerirá la construcción de un oleoducto con una capacidad de transporte de por lo menos 375.000 barriles diarios. En el caso del gas, el desafío es más grande, más allá de la gran obra del gasoducto Néstor Kirchner y lo que será la reversión del gasoducto norte. La ampliación del gasoducto NK se relaciona con la posibilidad de instalar una planta de licuefacción, “ese es el gran desafío para poder dar ese salto en serio”, dijo García Mansilla.

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