Espejo para la Argentina: cómo Perú logró dejar atrás la (híper) inflación
Durante el 59° Coloquio de Idea, el titular del Banco Central peruano citó una de las claves: la entidad monetaria tiene prohibido prestar plata para financiar al gobierno. El referente de un banco líder local propuso “una ley de equilibrio fiscal”, que fije prioridades con criterios de caja.
Julio Velarde Flores cosechó dos consistentes aplausos durante su intervención en el 59° Coloquio de Idea. Fue cuando dijo que tiene prohibido como presidente del Banco Central del Perú prestar plata para financiar al gobierno, bajo pena de ser removido por el Congreso. Y también recibió aprobación masiva de los hombres de negocios cuando mencionó que Perú es uno de los pocos países de la región donde la Constitución establece como un derecho ciudadano la libre tenencia y disponibilidad de los ahorros en moneda extranjera, dentro o fuera del país, bajo la única condición de tributar los impuestos correspondientes.
Velarde Flores lleva 17 años como titular del directorio del Banco Central de Reserva del Perú, período en el que ya pasaron ocho presidentes por el gobierno. Junto a Fabián Kon, gerente general del Banco Galicia, fue parte de una de las charlas del coloquio empresarial que concluyó el viernes en Mar del Plata. El tema en este caso fue de alta relevancia para la Argentina: cómo el país andino logró dejar atrás el flagelo inflacionario y evolucionar hacia la estabilidad macroeconómica.
Luego de un proceso hiperinflacionario en la década de 1980, las normas del Banco Central peruano reafirman la independencia de la entidad respecto de los procesos políticos, pero con severas restricciones. Su titular puede ser removido si presta plata o compra bonos del gobierno por encima de un monto de la base monetaria (5%). En el caso de Chile, también está prohibido financiar al gobierno.
“No puedo establecer tipo de cambio diferenciado, puedo ser removido por el Congreso, se considera falta grave, va contra la carta orgánica. No puedo poner coeficientes para que los bancos presten a un sector particular; no puedo obligar a los bancos a comprar bonos del Tesoro, también es causa de remoción. Es decir, somos autónomos, pero hay cosas que felizmente no podemos hacer”, detalló Velarde Flores.
Como interlocutor, Fabián Kon ponderó estos principios y recordó que en 2012 la Argentina modificó la carta orgánica del Banco Central, adjudicándole funciones dirigidas al desarrollo económico y del empleo, lo que definió como “un troyano que se instala y permite hacer un montón de cosas” en el aspecto monetario.
“Necesitamos instrumentos muchos más exigentes. Argentina tiene una deuda gigantesca, que es la recuperación de la estabilidad económica. Perú en los últimos 20 años ha estado por debajo del 5% de inflación anual”, ponderó Kon, a lo que Velarde corrigió: “Estamos debajo de 3% como inflación promedio en lo que va de este siglo”.
Luego siguió una explicación: “Creo que en parte hemos sido un país muy dolarizado; entonces, la meta de inflación que hemos fijado es 2 mas/menos uno, porque competimos con el dólar. Chile tiene una meta de 3%, Colombia 3%, Brasil incluso encima. Fijar una meta de 2% nos obliga a tener una tasa más baja de inflación. Y lo hemos conseguido, somos el país de la región con moneda propia que tiene la inflación más baja, inclusive más baja que la de Ecuador, que dolarizó”.
Para la Argentina, Velarde propuso fijar una meta más ambiciosa y recordó que durante su híper, Perú tenía “controles por todas partes”, 34 tipos de cambio diferentes, que lo llevaron a tomar decisiones para encarrilar el rumbo, vinculadas con la política fiscal y cambiaria. “La hiperinflación nos hizo mucho daño, el ingreso per cápita marcó 36 años sin crecer, ustedes tienen 10-12 años sin crecer, eso marca la presión social para que el gobierno sea prudente”, anotó.
Kon mencionó que los empresarios locales plantean el equilibrio fiscal y tienen dudas respecto de cuáles serán las reglas, con lo que “debería haber una ley de equilibrio fiscal”, que fije prioridades con un criterio de caja. Observó que el cambio “va a requerir instrumentos mucho más sólidos, que tienen que ser discutidos de inmediato para que los próximos administradores del Estado tengan menos grados de libertad. Si yo gasto de más, que se convierte en inflación, lo pagan los más pobres”, observó.
Velarde Flores consignó que desde la década de 1990 el Perú tiene un tipo de cambio único y flotante para cualquier tipo de transacción. Las reservas se ubican por encima de los 70.000 millones de dólares, lo que en el pasado reciente permitieron evitar un control de cambios ante turbulencias políticas internas.
Los beneficios de la estabilidad macro impactaron sobre el crédito y el financiamiento, que en Perú se sitúa por encima del 50% del PIB. “Inicialmente la hiperinflación licuó el crédito; comenzó a crecer más en dólares, lo cual no es sano al cabo de un tiempo. El consumidor tiende a tomar el crédito en soles (moneda local). Para restituir el crédito (en la Argentina) van a tener que aceptarlo en dólares, en una parte importante, hasta que la tasa de interés en pesos baje. El cambio se va a ver de manera gradual”, estimó Velarde.