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Las Chilcas, industria verde del campo que emplea a más de 150 colaboradores

Las Chilcas, industria verde del campo que emplea a más de 150 colaboradores

Es una de las empresas cordobesas de la economía circular, especializada en agregar valor a los granos a través de la producción de carne bovina y porcina. Proyecta ampliar la biorefinería, incorporar energía solar y medir su huella de carbono.


Carlos Petroli, Especial para Container.


Mario Aguilar Benitez junto a Mario, uno de sus hijos que llevan adelante el plan de economía circular en el norte cordobés.

Mario Aguilar Benitez junto a Mario, uno de sus hijos que llevan adelante el plan de economía circular en el norte cordobés.


En la tranquera de ingreso, una fila de camiones jaula doble piso aguarda la salida luego de una descarga de terneros para el feedlot. La escena se repite a diario en Las Chilcas, el campo de la familia Aguilar Benitez, entre Rayo Cortado y Villa de María del Río Seco, 170 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba.

Cerca del límite con Santiago del Estero, al este de la ruta 9, se levanta uno de los enclaves de la “industria verde”, para la generación de valor económico, social y ambiental. El formato de economía circular arranca con el sistema agrícola, que sitúa al maíz como insumo indispensable de una gran fábrica de carne: granja porcina, feedlot (40.000 cabezas en hotelería y engorde propio, uno de los feedlots más grandes de la Argentina). Se suma la destilería de alcohol para combustible y un biodigestor para completar el circuito con biogás y biofertilizante desde el aprovechamiento de los efluentes y residuos de la producción animal intensiva. 

La industria verde vertical promete sumar nuevas capas: energía solar, más biodigestores y medición de huella de carbono para estar a tono con los mercados Premium. Desde temprano a la mañana hasta la tarde, la “fábrica” a cielo abierto recibe a más de 150 colaboradores. En su mayor parte tienen sus familias en Villa de María de Río Seco, 13 kilómetros al norte. La empresa cuenta con transporte propio para el personal.

“Me formé como empresario en otra industria, la del hierro y del acero, y esta agroindustria es fruto de una vocación por la ganadería”, dice a CONTAINER  Mario Aguilar Benitez, fundador de Las Chilcas. Hoy sus cinco hijos son los continuadores al frente del directorio: Liliana, Mario, Santiago, María Eugenia y Andrés. “Esto es más una industria que una estancia; cada vez tendremos más círculos virtuosos en la medida que los emprendedores se entusiasmen con la economía circular. En nuestro caso, estamos sumando a la tercera generación de la familia; necesitamos incorporar  tecnología, conocimiento industrial, de administración”, agrega el fundador durante la recorrida.

Mario Aguilar Benitez (hijo), uno de los referentes actuales de Las Chilcas se refiere a las distintas unidades de producción. “En la destilería, gracias al alimidón de maíz producimos alcohol para corte de combustibles y burlanda, un subproducto rico en energía y proteína para alimento animal”,  explica.

En la planta (“minidest”) se procesan 42 toneladas de maíz por día (15.000 toneladas anuales) y se obtienen junto con el alcohol combustible unos 3.000 kilos de burlanda por día que se suman para armar las dietas del feedlot. Una planta de balanceados procesa el alimento para los cerdos y bovinos. 

La planta de biogás, el biodigestor, es otra unidad que ayuda a cerrar el circuito, a través de los derivados de la destilería y los residuos de la producción animal. El biogás se quema en una caldera para producir vapor para la alcoholera. El biodigestor permite además extraer un biofertilizante rico en fósforo y nitrógeno que se devuelve al suelo donde se reinicia el proceso. 

“Hemos ido creciendo en recursos humanos, hoy tenemos más de 150 colaboradores en forma directa; le hemos agregado más pisos a esta industria, integrando las distintas unidades de negocios”, dice Aguiler Benítez. “En esta integración logramos un triple impacto: resultado económico, especialización; menores emisiones para el cuidado del ambiente, y desarrollo de proveedores y empleo local”,  resume.

Cualquier proyecto nuevo que evalúan en Las Chilcas tiene que pasar por ese tamiz. En carpeta está el agregado de más biodigestores e inversiones en energía solar y medición de huella de carbono, en línea con los requerimientos de trazabilidad internacional de los alimentos. 

Una parte importante de la producción de carne bovina tiene como destino la exportación a través de clientes de la industria frigorífica. La empresa también participó en un consorcio exportador de carne porcina y es un importante proveedor de la industria local de chacinados y carne fresca.

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