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Economía: los anteojos de la realidad virtual

Economía: los anteojos de la realidad virtual

Columna por Lic. Nancy Villarruel, Economista.


Por mucho tiempo se ha sostenido que el bolsillo es quien decide el voto. En este sentido, si el ciudadano no la está pasando mal, es probable que apueste una vez más por el gobierno vigente. Si, en cambio, tiene dificultades para llegar a fin de mes, para pagar deudas, para pagar sueldos, para seguir adelante con su comercio, industria o cualquier actividad económica es probable que el voto hacia la administración actual sea “no positivo”.

El problema es la “realidad virtual”, esa que ves a través de lentes que distorsionan todo y te hacen creer que hay lo que no hay y que tenés lo que no tenés. Algo así han estado viviendo una parte de los argentinos y es lo que nos ha traído hasta este momento. Hay ciudadanos que creen que hay dólares, pero están fugados o encanutados, que hay combustible barato y no lo quieren soltar, que hay soja escondida en silo bolsas y no la quieren liquidar, que hay un país con enormes riquezas y nadie las explota. 

Pero cuando te sacás los lentes, la escafandra, te das cuenta que en el neto de lo que tenés y lo que debés estás usando reservas que no son tuyas. Que se está montando una gran Ponzi, pidiendo prestado para pagar deudas que generamos cuando pedimos prestado para pagar otras deudas. Que hay combustible pero no es barato extraerlo, procesarlo y transportarlo, y que el precio al público no cubre ni siquiera el primero de los costos. Que la soja se vende cuando el precio puede cubrir costos de la próxima cosecha sino es preferible esperar mejores precios o mejor tipo de cambio y eso sólo te convierte en buen administrador y no en especulador.

Aquel pensamiento surrealista nos ha traído hasta este momento decisivo, definitorio. Es el gol de oro o el penal errado en el último minuto. Nos espera una semana aciaga, de idas y vueltas, de definiciones, de pasos acertados y pasos en falso. Veremos de todo en los próximos siete días. Habrá que estar atentos, porque se juega algo más que un resultado. Esta definición es para los próximos cuatro años y habrá que decidir (es importante DECIDIR) cuál será el camino que nos augure un mejor futuro. Pero no soñemos que en enero de 2024 vamos a estar mejor. Ni siquiera en enero de 2025. 

Nuestra apuesta debe ser fuerte, consistente, pero sobre todo realista. Hay que apostar por afrontar y resolver los problemas que tenemos, que nos autogeneramos. El mundo va a necesitar cereal, sin dudas necesitará combustible, energía y gas, el litio aún será insumo imprescindible para la tecnología en los próximos años. Argentina tiene todo eso, sólo le falta un pueblo valiente, aguerrido, decidido y visionario; que defina de una buena vez lo que quiere resolver, para que dentro de cuatro años no estemos en la misma encrucijada, y en vez de elegir por descarte escojamos con convencimiento. Stay tunned!

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