
Un duro baño de realidad que deja lugar para la esperanza
Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.
Milei decidió comenzar a ejercer su mandato de una forma diametralmente opuesta a lo que hizo Macri en 2015. Él y sus funcionarios no se cansan de recalcar en qué situación recibieron el país y/o sus respectivas carteras. En un didáctico discurso el ministro Caputo se encargó de puntualizar lo que reiteradamente ha sido descripto como el origen de esta y otras crisis cíclicas: la adicción a gastar más de lo que ingresa. Y aunque a muchos le suena como una verdad de perogrullo, los argentinos nos hemos negado sistemáticamente a reconocer que no podemos vivir como reyes con ingresos bajísimos. Fue así que en su decálogo de medidas de neto corte fiscal mechado con algo de política cambiaria buscó mostrar recortes de gastos, suba de impuestos, asistencia social y, por supuesto, una marcada devaluación del peso.
Lo anunciado no es un plan económico. Es apenas un paquete de 10 medidas de las cuales se fueron conociendo derivaciones y consecuentes normativas y comunicados. ¿Alcanza? Ciertamente no, es apenas el comienzo de lo que será, sin dudas, una seguidilla de más anuncios. El ministro omitió más de lo que enunció. ¿Por qué? A mi entender porque le hablaba al ciudadano de a pie, al que esperaba la motosierra. No son suficientes pero son medidas audaces. Proponerse un objetivo de recortar 5 puntos el gasto es, cuanto menos, temerario pero absolutamente necesario. Corregir el tipo de cambio era imperioso. Asistir a quienes se verán directamente perjudicados por la inflación reprimida que se está sincerando ahora mismo es obligatorio, necesario y urgente. Hasta aquí, el análisis indica que las medidas no son suficientes pero son acertadas.
¿Qué dijo el mercado? Está dando espacio, tiempo y un tímido voto de confianza a la flamante gestión. En parte celebra el pragmatismo de haber dejado a un lado –por ahora– la idea de dolarización y el cierre del BCRA. Esto se tradujo en una sensible baja de los dólares financieros que dejaron la brecha debajo del 30% cuando una semana atrás rondaba el 190%, y eso descomprime muchísimo la situación cambiaria. Se suma la venia del FMI que, casi inmediatamente de conocidas las medidas, manifestó su apoyo. Es el principal acreedor y prestamista de última instancia.
De aquí en adelante vendrán semanas muy duras con datos escalofriantes, más subas de precios y más medidas. Pero el baño de realidad es en sí mismo un signo esperanzador. Stay tunned!