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Fuerte reseteo del comercio exterior con la devaluación y la eliminación de las Sira

Fuerte reseteo del comercio exterior con la devaluación y la eliminación de las Sira

La devaluación más fuerte de los previsto y el achicamiento de la enorme brecha cambiaria era el primer objetivo de las medidas. De que se mantenga o reduzca esa diferencia, dependen otras decisiones.


A partir de la fuerte devaluación en el tipo de cambio y la modificación de impuestos y retenciones que se pagan para las operaciones de exportación e importación, el comercio exterior argentino acaba de verificar un fuerte reseteo.

Las medidas todavía son objeto de evaluación por parte de los diferentes sectores alcanzados, entre ellos la producción primaria, pero la promesa es  que, atravesada la etapa de acomodamiento, podría haber otras decisiones.

Como se sabe, el comercio exterior argentino estuvo fuertemente incidido por los múltiples cepos y restricciones aplicados, a punto de dejar casi sin insumos a la industria argentina.

Un punto neurálgico de esa situación es la fuerte deuda acumulada con los proveedores externos. El nuevo ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, indicó que esas obligaciones alcanzan los U$S 50.000 millones.

Pero de esa cifra, alrededor de la mitad es deuda flotante. El resto es lo que verdaderamente está atrasado.

La primera y más importante de las medidas fue, sin embargo, el sinceramiento del tipo de cambio oficial. Fue fijado en $ 800, con una actualización mensual del 2%.

Si bien esta devaluación del 142% superó ampliamente las expectativas, con este valor el Gobierno se hace un “colchón” frente al impacto inevitable de la alta inflación de los próximos meses.

La devaluación tenía tal consenso que hasta el viceministro de Economía de la gestión anterior la convalidó. “La necesidad de tener las cuentas en orden no se podía evitar. Por otro lado, tampoco se podía evitar una devaluación con una brecha cambiaria tan alta”, expresó Gabriel Rubinstein.

Para el economista Marcelo Elizondo las últimas medidas son un modelo de transición. “Está claro que la agenda de fondo del Presidente es de desregulación y apertura, con un tipo de cambio libre y de mercado; no a la administración del comercio; no a la brecha, pero dada la emergencia, ha puesto en vigencia durante algunos meses un proceso de ordenamiento del régimen anterior”.

El principal objetivo, remarcó el analista, era terminar con la brecha en los tipos de cambio, algo que Milei ha conseguido por ahora. De su mantenimiento depende la pervivencia de muchas de estas medidas.

Respecto de las modificaciones más importantes, son las siguientes:

Reemplazo del Sistema de importaciones SIRA: Se reemplazará por un sistema estadístico y de información de importaciones que no requerirá aprobación previa de licencias. 

En los hechos, ese “control estadístico” está mezclado con el bono en pesos linkeado al dólar que se lanzará para el pago de la deuda de los importadores.

Caputo lo explicó en una entrevista: todos quienes tengan deudas deberán declararlas y allí se verá cuáles de esas obligaciones están atadas a importaciones efectivamente concretadas. Hay un grupo que, el Gobierno entiende, constituyeron maniobras para conseguir dólar al valor oficial.

El decreto 28/2023 – Programa de Incremento Exportado establece otras condiciones. Los exportadores deberán ingresar al país en divisas y/o negociar el contravalor de: 80% a través del Mercado Libre de Cambios (MLC); 20 % restante, concretar operaciones de compraventa con valores negociables adquiridos con liquidación en moneda extranjera y vendidos con liquidación en moneda local. 

También el decreto 29/2023 – Modifica la alícuota del Impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) para el pago de importaciones de bienes y servicios de fletes y otros servicios de transporte que ahora es de 17,5%. 

Con excepción de los bienes suntuarios (las posiciones arancelarias 2710.12.59, 2710.19.21, 2710.19.29, 2710.19.31, 2710.19.32, 2713.20.00, 3811.21.10, 3811.21.50, y 3811.90.90) los insumos y bienes intermedios vinculados en forma directa a productos de la canasta básica alimentaria; y otros bienes vinculados a la generación de energía no tributarán.  

En cambio, para bienes suntuarios la alícuota del País será de 28,5% para bienes suntuarios; 16,625% para el resto de las posiciones arancelarias.

En tanto, el Gobierno le ratificó a la Mesa de Enlace que aplicará retenciones del 15% a todos los productos agropecuarios, mientras que la soja mantendrá su actual nivel, cercano al 30% (el poroto paga 33% y los subproductos -harina y aceite-, un 31%).

La medida será transitoria y, según las primeras interpretaciones, se mantendrán hasta que la administración alcance el equilibrio fiscal prometido durante la campaña, lo cual obliga a hacer un recorte equivalente a 5,5 puntos del PBI.

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