Política: El golpe en el mentón y la ley Bases
Columna por Walter Giannoni.
Pese al histrionismo de Javier Milei, fue una semana brava para el Gobierno. Ya se ha escrito mucho sobre el fuerte impacto de la marcha por el financiamiento de la universidad pública. (Algún día habría que hablar también de la necesidad de financiamiento público para las carreras de las universidades privadas que no se dictan en las universidades públicas, pero es otro tema).
Con la masiva movilización, Milei sintió el golpe en el mentón y reaccionó como suele hacerlo: primero desaforado por Twitter, después con un paso atrás. Es como un boxeador que cuando lo golpean, exclama, recalcula y arremete otra vez.
El kirchnerismo duro, que se apropió de los discursos en aquél acto, sueña con una “chispa” que construya un túnel de salida para el Gobierno. No lo oculta, lo expresan sus referentes. Es un dato, no una especulación. Nadie encontrará jamás a un dirigente kirchnerista que diga que espera que Milei gobierne y cumpla con su mandato.
Por ahí soñaban con que la marcha universitaria fuera aquella “chispa”, pero los problemas que se solucionan con dinero nunca arden cuando la plata aparece. La plata los va apagando porque ese es, en definitiva, el motivo del reclamo.
La marcha universitaria también puede tener un efecto colateral: fue tan masiva e impresionante que es difícil que cualquier otra manifestación de protesta, por el motivo que fuera, pueda equipararla y en consecuencia incomodar al gobierno.
Con el paso de las semanas y pese a la dura recesión, Milei se va consolidando. Miguel Angel Pichetto lo castigó duro con el capítulo laboral de la ley Bases pero, si se quiere, también lo ayudó bastante. Convirtió en posible una reforma que parecía destinada al fracaso. Eso sí, el sindicalismo salió indemne. “La suya no se toca”, dicen en el Congreso.
La aprobación de la ley puede coincidir temporalmente con un dato relevante de la economía: la inflación de abril podría terminar debajo de 10% y la de mayo abrir otra etapa en la historia económica reciente, en torno del 5%, con aumentos tarifarios y todo.
Se abriría así el paso hacia el llamado Pacto de Mayo en Córdoba que –aún sin Kicillof, quien gobierna el mayor distrito del país– no será otra cosa que la aceptación por parte de la política de que Milei llegó para quedarse al menos hasta el final de su mandato. Sueños que van más allá, son solo eso, aunque el mero deseo ya produzca alineamientos.