Mundial de la carne: lo que se juega para superar el millón de toneladas exportadas
Los líderes de la producción y la industria dan buena acogida al levantamiento de restricciones comerciales y a la decisión del gobierno de de reducir y quitar derechos de exportación para la cadena de carnes.
Por Carlos Petroli, Especial para Container.
Desde el flanco internacional, la pelota está en el campo de los productores y con ella los desafíos que debe encarar el origen argentino para diversificar mercados, por encima de la dependencia de China, con el objetivo a la vista de superar el millón de toneladas exportadas de carne vacuna.
Durante el encuentro que organizó el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) en la Cabaña La Glicina de la familia Scarponi en Oncativo, los referentes Jorge Grimberg y Mario Ravettino repasaron metas y los partidos que quedan por jugar en esta liga: “Nuestro objetivo es alcanzar el millón de toneladas exportadas y superar los 4.000 millones de dólares en divisas. Hoy tenemos un mercado internacional retraído, el promedio de China está en los 4.500 dólares la tonelada, un Hilton (Europa) en 11.500-12.000 dólares en este momento. Hicimos un buen kosher, entre 8.000-8.500 dólares en esta zafra, esperamos una recuperación del mercado a fin de año y ojala podamos mantener el volumen de las 970.000 exportadas el año pasado”, resumió Ravettino, titular del Consorcio ABC de frigoríficos exportadores.
Grimberg (titular del IPCVA en representación de Confederaciones Rurales Argentinas) mencionó las reuniones con funcionarios en Bruselas y el trabajo hacia el interior de la cadena de carnes “para que la Argentina se adelante y esté preparada con herramientas” frente a la normativa europea (Reglamento 2023/1115) de productos libres de deforestación.
Grimberg y Ravettino enumeraron los próximos partidos que se vienen en este “fixture” mundial para la carne argentina:
-Menudencias a China. Hubo una misión este año y se espera poder firmar en noviembre el certificado sanitario. Es un negocio importante para la industria que hoy ingresa por el camino alternativo de Hong Kong, resignando un porcentaje muy importante de renta, mientras competidores como Brasil y Uruguay ya exportan directo a muy buenos valores. Se está hablando de un precio promedio de 4.200 dólares por tonelada. Las menudencias, como las carnes, ingresarían con un 12% de arancel y este es un problema, porque Argentina tiene solo un TLC (tratado de libre comercio) por firmar, con la Unión Europea, mientras Chile, por ejemplo, tiene más de 40 TLC firmados.
-Barreras arancelarias. En el caso de Japón o Corea del Sur, los aranceles están en 40 y 38%, cuando competidores como Australia o Nueva Zelanda tienen TLC, que en los próximos años van a quedar sin aranceles.
-Vocación exportadora. Cuando asumió el actual gobierno, suprimió restricciones: cortes prohibidos de exportar, declaraciones juradas, cupos, observatorio de precios. “Las últimas medidas van en la dirección de mejorar competitividad; aspiramos a que los porcentajes de retenciones sean circunstanciales, en el camino de la eliminación definitiva y convertirnos realmente en un país con vocación exportadora”.
-Aminorar la dependencia de China. Lograr aperturas de mercados similares, como Corea del Sur. China es un mercado de volumen. “La industria tiene que buscar diversificarse, aunque no tenga rentabilidad o que la rentabilidad sea menor”.
-Cupos arancelarios. La Argentina tiene cupos con otros países, sin aranceles, pero son muy exiguos. Si se rubrica el TLC con la Unión Europea serán 98.000 toneladas a repartir entre los cuatro países del Mercosur. Al país le tocarían con suerte 15.000 toneladas de carne enfriada.
-Cuota Estados Unidos, gran oportunidad. La Argentina busca incrementar el cupo de 20.000 toneladas (difícil porque lo tiene que aprobar el Congreso), por la vía de intensificar la llegada a la comunidad judía. Otra alternativa pasa por aprovechar la cuota de terceros países que no la pueden cumplir (Australia tiene 340.000 toneladas y Nueva Zelanda 270.000). El cupo “religioso” no solo comprende kosher sino también halal, un gran desafío para incursionar en esta certificación.
