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De pelearse con la educación y los jubilados a perder la memoria

De pelearse con la educación y los jubilados a perder la memoria

Columna por Walter Giannoni.


Pelearse con médicos, jubilados o universitarios nunca ha sido un buen consejo para quienes están en el poder. En Córdoba, los radicales aún maldicen aquel momento en el que Ramón Mestre padre, en el contexto de un ajuste que no tenía alternativas fáciles, debió enfrentar las protestas de docentes y equipos de salud. 

¿Es posible afirmar que a partir de allí sobrevino la debacle de un partido pese a tener un electorado cautivo nunca más pudo ganar una elección provincial? Quienes lo conocieron a Mestre saben que nadie más que él hubiera querido evitar esa opción, pero no tenía más remedio. Inclusive lloró en público por ello.

Al cabo de los años, Llaryora tomó nota de esto y de producirse una recuperación de ingresos por una mejora en la economía, tiene totalmente decidido volcarlo sobre todo en los docentes.

Los ajustes son así, valga la incorrecta comparación, como las guerras. Hay que evitarlos a toda costa porque cuando aparecen en el medio sucumben millones de víctimas. Pero evitarlos implica hacer las cosas correctamente en la etapa previa para que no ocurran nunca. Y esta es la historia cíclica de la Argentina, avalada inclusive por el consenso social.

Las jubilaciones y pensiones, la salud y la educación gratuitas son instituciones emergentes del estado de bienestar construido por décadas tras la oleada inmigratoria que le dio la fisonomía actual al país. Era un estado de derechos. Constituyen, si se quiere más un dogma cultural, que una posibilidad sostenible con recursos genuinos. 

Algunos economistas macristas sacan pecho por estos días para señalar que Macri realizó un ajuste similar al actual en el gasto primario, con un sacrificio para la clase pasiva sustancialmente inferior a la actual. “Engañoso”, dirían quienes chequean la veracidad de las noticias. El ciclo macrista terminó con una inflación de 295% en los cuatro años. Ya se sabe, nada corroe más los ingresos que los aumentos de precios. Además, las jubilaciones mínimas cayeron un 20% en esa época.

Pero lo más llamativo es que mientras Milei es colocado como el impiadoso responsable de estos hachazos al gasto (él mismo se pone en ese lugar), quienes trajeron el país hasta aquí concurren a las marchas como si no tuvieran nada que ver con esta realidad. Salvo entre 2015 y 2019, habrían gobernado 16 años Narnia y no la Argentina. Si la sociedad carece de memoria para esas cosas, entonces el destino del país estará irremediablemente escrito.

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