Milei busca otra semana como la que pasó
Columna por Walter Giannoni.
No es necesario estar de acuerdo ni con el plan, ni con el estilo del gobierno, ni con Javier Milei para reconocer que la pasada fue la mejor semana desde que está en el poder.
En tren de simplificar, podría afirmarse que todo le salió bien, tanto al jefe de Estado como a su ministro de Economía, Luis Caputo, quien se ocupó varias veces de subrayarlo en las redes sociales y en sus podcast.
El primer hecho que dio para el “festejo” interno de los libertarios fue el rechazo al aumento del presupuesto de las universidades nacionales en la Cámara de Diputados. Los analistas políticos sostenían que era una cuestión que iba mucho más allá de los números –que para la comunidad universitaria eran bajos y para el gobierno muy altos–, se trataba de un vector de gobernabilidad.
Si en el Congreso el oficialismo se llevaba una derrota por esta cuestión, la lectura probable en el mercado hubiera sido que Milei iniciaba un camino de debilidad política para garantizar los objetivos del ajuste del gasto público que, a esta altura, es condición necesaria para evitar nuevas devaluaciones, algo sobre lo que advierte el universo de economistas.
El Milei “político” o quien ocupe ese lugar (Guillermo Francos, Santiago Caputo, Karina Milei) consiguieron tejer adhesiones inclusive desde el peronismo en plena gestión, como los casos de los gobernadores de Tucumán y Catamarca.
Atravesada esa amenaza política, ahora lo que viene es conseguir la aprobación del presupuesto 2025. El tratamiento formal empieza esta semana aunque Caputo no quiere pasar por la comisión respectiva.
No será sencillo, por cierto, conseguir esa luz verde dado que del otro lado de la raya que separa a oficialismo de oposición, quedó la mayoría. Pero también resulta difícil pensar que el radicalismo termine definitivamente abrazado al kirchnerismo en este tema con un Milei que se va consolidado en el gobierno. De cualquier forma, estamos en el país donde cualquier cosa es posible.
El dato de la inflación de septiembre fue otra victoria que el duo Milei-Caputo no dudó en celebrar. El 3,5% de septiembre es la más baja en 33 meses. Es una inflación enorme para el mundo, pero manejable para un país acostumbrado a que los precios vuelen. Que caiga más será una tarea ardua y obligará a la moderación en los aumentos tarifarios que transcurren el año con notables ajustes.
A eso se sumó que el dólar paralelo continúa por su camino descendente y que la convergencia con el oficial ya no suena a una estrategia tan alocada. De ahí a levantar el cepo, falta mucho aunque, también hay que decirlo, para quien compra dólares como forma de ahorro, el precio actual es muy tentador aunque le depare pérdidas momentáneas por la brecha.
Falta una recuperación en el nivel de actividad, en particular porque la larga espera de brotes verdes viene siendo desgastante para empresas y para la gente de a pie. Será un camino tortuoso y desparejo, donde cada sector atravesará por sus propios tiempos.
