El plan estabilizador de Milei bajo la mirada de Redrado y Arriazu: ¿arranca o no arranca?

En la semana que pasó dos economistas de peso se refirieron a la marcha de la economía y las perspectivas de recuperar el nivel de actividad. Uno afirmó: “Decir que no se puede crecer porque hay cepo es una tontera”.

Ante un público de más de 500 empresarios y emprendedores que se dieron cita en el denominado “El Norte ciudad empresaria”, en Río Segundo, el economista y expresidente del Banco Central entre 2004 y 2010, Martín Redrado, afirmó que Argentina está otra vez ante una oportunidad histórica de crecimiento, aunque todavía debe resolver muchos problemas a nivel interno.

Desde otro escenario, el macroeconomista Ricardo Arriazu también dio su mirada. “Todo se basa en la confianza”, afirmó, y consideró que el año próximo la inflación caería al 20% anual. 

“Otra vez el tren de la historia pasa por el andén llamado Argentina. Hoy nuevamente hay oportunidades para el país, siempre que entendamos qué es lo que el mundo está buscando”, subrayó Redrado, durante el encuentro denominado “El Norte ciudad empresaria”.

Valoró que el Gobierno de Javier Milei haya puesto el foco en el equilibrio fiscal, pero consideró que también hace falta un plan de desarrollo. En relación a la disputa entre Estados Unidos y China, dijo que significa una oportunidad para Latinoamérica, debido a que esa lucha se da en tres sectores fundamentales que son los que marcan la agenda mundial: la seguridad alimentaria, la seguridad energética y, vinculado a esta última, la transición energética. En todos ellos, Argentina tiene un rol protagónico para subirse a ese nuevo “tren”, afirmó.

En el plano local, “estamos viviendo un cambio de época”, porque “se entendió que no se puede gastar más de lo que ingresa”. “Los políticos no lo entendían: manoteaban el Banco Central, emitían el ‘plan platita’, no va más eso”, describió.

En este contexto, valoró el foco puesto en mantener el equilibrio fiscal, pero pidió abordar también la lucha contra la informalidad. “Hay que tener más argentinos que paguen impuestos, aunque tienen que ser menos impuestos”, resumió.

Allí hizo foco en las dificultades para que el Gobierno pueda finalmente avanzar en la liberación del cepo al dólar. 

Redrado repasó que, al asumir Milei, el BCRA tenía reservas negativas por U$S 11.500 millones y hasta mayo pudo acumular U$S 10.000 millones y reducir este “rojo” a solo U$S 1.500 millones.

Sin embargo, a partir de junio, la puesta en marcha del “blend”, que impone que un 20% de las liquidaciones de dólares que hacen los exportadores tienen que ir al tipo de cambio “contado con liquidación”, hizo que alrededor de U$S 1.200 millones mensuales salieran de las posibilidades de compra del Banco Central (sobre unos U$S 6.000 millones al mes que se exportan).

Arriazu, por su parte, consideró que la inflación alcanzará a fin de año el 120% anual. “Y 20% para el año que viene suponiendo que bajan el ritmo de devaluación desde febrero. Se decía que no se podía bajar de 10%, no se puede bajar de 7%, no se puede bajar de 4%. Siempre hay algo que lo impide… pero no veo por qué. El FMI dice 45% para el año que viene. ¿Y por qué? Para que dé 45% el Gobierno tiene que mover el tipo de cambio y si lo hace la inflación se moverá mucho más que 45%”, analizó.

En cuanto al cepo, explicó que las híper de Alfonsín y Menem “fueron por usar tipo de cambio flotante sin reservas y sin tener confianza”. “Es lo que habría pasado en la Argentina en noviembre de 2023 con U$S 40.000 millones de deuda por importación y U$S 11.000 millones de reservas negativas habríamos flotado. Odio el control de cambios pero odio mucho más el colapso social y por lo tanto esto hay que resolverlo de a poco. Pero decir que no se puede crecer porque hay cepo es una tontera”.

Y por último, la situación más riesgosa: Para el año que viene el Gobierno necesita US$ 11.808 millones de vencimientos. “La acumulación de reservas que estimamos es de US$ 15.000 millones. ¿De dónde saldrán? Del colchón, del RIGI, de la cuenta corriente, del mercado de capitales. No tiene importancia de dónde vendrán porque dependerá de si la gente quiere o no pesos”, planteó Arriazu.

“Si Argentina logra reducir el déficit fiscal y acumular reservas, habrá ganado la primera etapa en la batalla por la estabilidad económica”, dijo. Sin embargo, advirtió que si no se realizan las reformas estructurales necesarias, el país volverá a enfrentar los mismos problemas en el futuro. “Argentina no tiene otra alternativa que dar pelea por esas reformas que implican tocar privilegios”, concluyó.