Paolo Roca: avales para las políticas de Milei y fuertes reparos a China
Durante su intervención en el congreso Alacero 2024, en Buenos Aires, el CEO del Grupo Techint, uno de los capitanes de la industria argentina, se refirió a las causas del estancamiento económico regional y dejó fuertes definiciones sobre China y su avance como jugador en la geopolítica mundial.
Desde su posición en el comité ejecutivo de la World Steel Association, que reúne a las empresas siderúrgicas más importantes del mundo, Paolo Roca fue una de las voces más escuchadas en Alacero Summit 2024, que tuvo lugar en el hotel Hilton Buenos Aires.
En su abordaje del escenario mundial, el CEO del Grupo Techint dedicó un capítulo especial al rol que está jugando China a nivel económico e industrial, y en la geopolítica mundial. Y no ahorró advertencias sobre cómo deben moverse los países de la región para “construir una agenda común” encaminada a salir del estancamiento y crecer.
“El desequilibrio con China del producto manufacturado para toda América Latina está en el orden de los 250 billones de dólares, con una debilidad en la capacidad exportadora del producto manufacturado”, describió con cifras: el consumo de acero per cápita creció muy poco en 15 años, de 114 a 119 kilos, cuando en Corea está en 600, en China en una magnitud parecida y en Europa y Estados Unidos dos o tres veces por encima de Latinoamérica.
En los últimos tres años China desaceleró sus niveles de actividad y está inyectando en el mercado mundial alrededor de 110, 120 millones de toneladas de acero cada año, “un número importantísimo de exceso de capacidad, que representa en el orden del 15% de la demanda mundial. La caída del consumo en China está provocando una presión muy fuerte, sobre todo el sistema del acero a nivel regional”, anotó.
“Si pensamos que en América Latina cada país pertenece a un bloque distinto, allí viene parte de la complejidad del rol de Alacero en formar una agenda común entre países que tienen agendas distintas”, mencionó.
A esto sumó que “hay algo en común en toda la región, y es un sustancial estancamiento económico. Hace 15 años las economías de América Latina representaban en el orden del 9% del Producto Bruto Mundial. Hoy representan alrededor del 7%. América Latina no solo perdió relevancia en la dimensión geopolítica, perdió también peso en el Producto Mundial”.
Al enfocarse en las causas, el CEO de Techint observó que “durante muchos años, los gobiernos democráticos en toda la región han aplicado políticas económicas que consistentemente no han permitido alcanzar una tasa de crecimiento y de diferenciación exigida por nuestra matriz productiva”. Entre esas políticas, mencionó “la ampliación del papel del Estado en lugar de estimular la actividad privada”.
“En este contexto, lo que está pasando en la Argentina es importante, porque muchos de los temas que estoy considerando como elementos que han frenado y afectado nuestra economía hoy están contrastados y atacados en la agenda del nuevo gobierno del Presidente Milei”, destacó.
Se refirió luego a las causas de la “primarización” de las economías en Latinoamérica y anotó el avance de China en el curso de los últimos 30 años, en los que “surgió una potencia industrial mundial dominante con ambiciones geopolíticas sustanciales, no solo con ambiciones comerciales, con una voluntad de expandir no solo su propia calidad productiva, sino también un área de influencia comercial, política y militar”.
“Esto ha contribuido a la primarización de nuestra economía, ha inundado de productos manufacturados y ha absorbido materia prima con un menor impacto en términos de empleo y transformación de la sociedad”, aunque a la vez ha permitido contener los precios y la inflación.
“La participación de China en la producción industrial global ha aumentado al 35% desde la década el 90 a hoy. Nunca en la historia del mundo ha habido una transferencia de actividad productiva entre países de esta magnitud y en tan poco tiempo”, aseguró el líder industrial.
Y advirtió que esto no ha ocurrido en un contexto institucional y político comparable con el occidente desarrollado. “Esto ha sido posible en el contexto de un gobierno autoritario capaz de concentrar recursos y capturar el excedente derivado del gran aumento de productividad de una parte muy importante de su población, desde el empleo y el sector rural hasta la manufactura y la construcción de infraestructuras”.
“China no es una democracia. China es un país con un sistema de gobierno autoritario centralizado con capacidad de asignar recursos con decisiones centrales y con la extraordinaria eficiencia de este sistema en lograr objetivos”, remató el empresario siderúrgico.
Paolo Roca fue terminante: “Nuestro país tiene la oportunidad de ampliar el nivel de integración con los grandes bloques económicos con los cuales hay afinidad política y valor compartido. Con China es imposible. Nuestra industria no logra competir con China porque la cancha está desalineada, es una cancha inclinada”.