Con billetera más grande y apoyo, Milei enfrenta desafíos conocidos
Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.
Los desafíos que le esperan a la gestión del presidente Milei luego de cumplir un año al mando no son menores a los que tenía al asumir. En aquel momento contaba con el enorme apoyo de las urnas y el voto de confianza de una ciudadanía hastiada de la “casta”, empobrecida por una inflación desenfrenada, desencantada de su propia moneda pero esperanzada con la figura mesiánica construida en campaña por Milei.
Once meses más tarde, muchas de esas cuestiones desafiantes fueron resueltas o están siendo enfrentadas por el Presidente con una valentía que, a veces, suena a temeridad. En la check list podríamos tildar como cumplidas la baja de inflación, el recorte del gasto, el saneamiento del BCRA, el principio de normalización para los flujos de pagos de la balanza comercial, el fortalecimiento de la moneda, las desregulaciones de trámites administrativos y comerciales y un tibio comienzo de achicamiento de estructuras públicas, donde se nos iban recursos y tiempo improductivo.
Restan, entre las principales promesas de campaña aún sin resolución, la normalización del mercado cambiario, la prometida baja de impuestos y la simplificación tributaria y laboral que permita a empresas y privados moverse más libremente sin la presión de un Estado asfixiante.
El derrotero del Gobierno en estos meses no ha sido sin sobresaltos, claroscuros y altibajos. Muchas decisiones fueron y volvieron en sintonía con el humor y apoyo de una ciudadanía que se hizo oír cuando necesitó marcarle límites al Presidente.
Hoy, los temas pendientes de resolución no parecen tan desafiantes porque en las últimas semanas el Gobierno ha logrado hacerse fuerte en cuestiones económicas y financieras pero también ha crecido el apoyo social al dejar al descubierto a la casta y los gremios frente a una sociedad que sigue hastiada y con sensación de desamparo.
Al reclamo de mayores fondos para las universidades, el Gobierno propuso que los fondos salieran del recorte del financiamiento a los partidos políticos y la eliminación de las PASO. Al inaceptable comportamiento de un sindicalismo acostumbrado a privilegios que intenta mantener su statu quo en una sociedad que optó por un modelo que busca eliminarlo, el Presidente los desafió con decisiones tajantes.
Lo dicho, restan soluciones a problemas que acarreamos desde hace años, con una fuerte reticencia por parte de unos pocos pero con mucho apoyo social, por ahora. La billetera se ha abultado, la cintura política está en manos de un ministro idóneo y la evolución de la macro luce promisoria. Stay tunned!