
El consumo no levanta cabeza y ya motiva transformaciones en las industrias
En marzo se mantuvo un mercado por debajo de lo esperado. Preocupa a la gran industria la irrupción de enlatados. Y algunas Pyme buscan integrarse para no perder competitividad.
Inversión, exportación y consumo. Para no pocos expertos, esa es la santísima trinidad de la economía de un país. Y las tres son difíciles de alcanzar porque requieren alinear variables macros. El consumo es, si se quiere, el más familiar para las personas porque es un campo donde todas, sin excepción, alguna participación tienen independientemente de sus ingresos.
En lo que va de 2025, el consumo masivo continúa mostrando señales de debilidad, aunque con algunas particularidades que reflejan cambios en los hábitos de compra de los consumidores. A pesar de ciertas excepciones, como el notable desempeño en la venta de huevos de Pascua, donde la venta fue un 7% mayor a 2024, la tendencia general sigue siendo de contracción, influenciada por factores económicos y cambios en las preferencias de los consumidores.
Según datos de la consultora NielsenIQ, el consumo registró una caída interanual del 0,3% en marzo de 2025, manteniendo la tendencia negativa pero con una menor caída comparada con los meses precedentes. Esta disminución refleja la cautela de los hogares argentinos, que ajustan sus gastos sobre todo ante el estancamiento del poder adquisitivo.
En marzo, la situación fue aún más crítica. La consultora Scentia informó una contracción del 5,4% en las ventas de productos de consumo masivo en comparación con el mismo mes del año anterior, acumulando una caída del 8,6% en el primer trimestre del año. Este descenso representa el 16º mes consecutivo de retracción en el sector.
A pesar del contexto general de caída, la venta de huevos de Pascua superó las expectativas. Supermercados reportaron quiebres de stock debido a la alta demanda, incluso en productos de alto valor. Por ejemplo, la chocolatería Rapanui ofreció huevos de hasta $440.000, que se viralizaron en redes sociales y se agotaron rápidamente.
Este fenómeno se dio a pesar de un aumento promedio del 51,2% en los precios de la canasta pascual, según el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (Indecom). La tradición y el deseo de mantener ciertas celebraciones parecen haber impulsado a los consumidores a realizar estos gastos excepcionales.
El segmento de bebidas ha sido particularmente golpeado en 2025. Según NielsenIQ, las alcohólicas registraron una caída del 10% en el bimestre febrero-marzo, mientras que las no alcohólicas tuvieron un leve crecimiento del 0,5%. Dentro de este contexto, se observó un aumento significativo en la venta de cervezas sin alcohol, que se cuadruplicó en comparación con el año anterior.
Ante la presión inflacionaria y la necesidad de ajustar el presupuesto, se mantiene la tendencia por las segundas marcas. Sin embargo, en algunos casos, ni siquiera estas han logrado mantener sus ventas. Por ejemplo, en el segmento de postres lácteos, la disminución fue del 35%, sin un traslado hacia marcas más económicas.
La consultora Kantar informó que en 2024 el consumo de bienes de consumo masivo (FMCG) en los hogares argentinos cayó un 4% en volumen, debido a una reducción en la frecuencia de compra y en el tamaño de las compras. Aunque el humor y la expectativa social mejoraron a comienzos de 2025, la recuperación del consumo sigue siendo parcial y desigual.
Por su parte, NielsenIQ estima que el consumo crecerá este año en volumen un 8% respecto a 2024, aunque todavía se mantendrá por debajo de los niveles de 2023. Esto indica una recuperación lenta y sujeta a múltiples factores económicos y sociales.
La reacción industrial.
Este panorama ya expresa cambios también en la oferta, con fabricantes que reestructuran sus portafolios o que están atentos a las reacciones de la competencia interna y externa.
Por ejemplo, en Córdoba hay fabricantes de alimentos y bebidas que buscan integrarse con compañías mayores para poder mantener competitividad y conservar sus marcas en las góndolas. ¿Es una tendencia? No se sabe.
Las grandes alimentarias, con mayor espalda, en tanto, siguen lo que está ocurriendo en las góndolas con el ingreso de alimentos importados a precios más bajos que los producidos dentro del país. No fueron pocos los que salieron a buscar alternativas a la feria china de Cantón.
“Ver en los supermercados conservas importadas de China es muy preocupante”, definió una fuente que conoce de cerca las conversaciones que se mantienen en el ámbito de la Copal, la mayor organización que nuclea 2.200 industrias.