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¿Argentina supermercado del mundo? Lo que dice Urquía del comercio con China

¿Argentina supermercado del mundo? Lo que dice Urquía del comercio con China

El influyente líder de AGD considera más productivos los acuerdos “país a país”, como lo hace Chile y ahora Uruguay. Propone un área de Relaciones Económicas Internacionales “firme y fuerte”, que se ocupe de estos temas en la Cancillería.


Carlos Petroli, Especial para Container.


Roberto Urquía (foto) expone que en cierta ocasión le recordó a un jefe de Estado que “si se había cepillado los dientes a la mañana, lo hizo con glicerina farmacopea, un derivado de la soja”, del que Argentina es primer exportador mundial.

La anécdota estuvo sobre la mesa en un panel con empresarios de diferentes cadenas organizado por el grupo Clarín para abordar la importancia de la agroindustria para el crecimiento del país.


Roberto Urquía.

Roberto Urquía.


El CEO de Aceitera General Deheza (AGD) respondió a la pregunta de si podemos ser el supermercado del mundo, para indicar que no hay forma de que la Argentina pueda crear empleo si no agrega valor a los productos primarios. Esto, a pesar de todas las barreras que se presentan en el comercio internacional, y que enumeró.

Excluidos los granos y sus derivados, las exportaciones argentinas de alimentos suman 10.000 millones de dólares; productos con valor agregado que no solo implican el ingreso de divisas, sino también la generación de empleo de calidad. Pero, en muchos casos, se dijo en el panel, los productores se encuentran en dificultades para invertir en tecnología que les permita abrir nuevos mercados y posicionar a sus marcas en el exterior.

Al respecto, Urquía fue al hueso y advirtió que, desde hace muchos años, el mundo desarrollado pregona el libre comercio, algo que los hechos y las barreras convierten “en una utopía”.

“Cada uno lucha para llevarse las materias primas, agregarle valor, y de esa forma generar trabajo dentro de sus fronteras. Creo que, en el fondo, es lo que tiene que hacer la Argentina”, opinó.

Enumeró las ventajas competitivas y eficiencia que tiene el país como productor de soja, maíz, trigo, girasol, algodón, maní, sorgo. “Todas materias primas a las cuales debemos utilizar para crear empleo a través del agregado de valor en el interior profundo de la Argentina”, enumeró.

También recordó que si una tonelada de maíz exportada en estado natural reporta un valor de 100, una tonelada embarcada como etanol, DDGS,  plástico reciclable, y otros 15 productos distintos, todos derivados del maíz, triplican el ingreso de divisas de este grano.

Al referirse a China, uno de los principales destinos de las exportaciones, Urquía observó que los chinos “son muy astutos en materia de comercio, dicen todo que sí, pero vienen y primero te compran la soja sin procesar, como ocurre con el 70% del grano que exportamos”.

Todo esto al cabo de 15 años de tratativas, inspecciones de plantas de primera generación a nivel mundial, y una propuesta de este lado del mostrador que fue: “Por  qué no llevan la mitad en poroto y la otra mitad como proteínas y aceites; lecitina, oleína, aceite refinado en botellas listo para la mesa, o mayonesas”.

“Los chinos se van de aquí encantados, pero nos han llevado el poroto de soja y cero de proteínas (harinas, aceites y derivados). Además ponen diferentes aranceles de ingreso. Indirectamente te están trabando el ingreso de valor agregado dentro de su economía”, redondeó el empresario cordobés.

Enumeró que la Argentina también sufre barreras por parte de otro coloso, Estados Unidos. El lobby de las empresas estadounidenses logró imponer derechos de importación del 130% al biodiesel argentino, que llegó a colocar ventas por 1.400 millones de dólares anuales en ese destino.

Con todos estos ejemplos, el líder de AGD ilustró sobre lo que representa el agregado de valor en materia de empleo, para lo cual consideró fundamental tener en la Cancillería “un firme componente de negociaciones económicas internacionales”. Puso como ejemplo a Chile, que tiene acuerdos de libre comercio “país a país”, con los que abarca negocios con casi el 70% del PIB mundial, versus Argentina, que llega a menos del 10%.

Para cerrar, puso un ejemplo bien cercano y limítrofe: a fin de año vence el acuerdo con Uruguay para el ingreso de aceites vegetales con etiqueta y en botella, desde Argentina y Brasil. A partir del 1° de enero, el gravamen para nuestro país subirá del 8% al 16%, mientras que para Brasil quedará en cero (desde el actual 4%).

“Necesitamos que la Cancillería nos apoye. Por eso creo que el de Negociaciones Económicas Internacionales es un área fundamental para poder llegar con nuestros productos y valor agregado de manera competitiva”, concluyó Urquía.

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