Cada vez se nota más el único plan del Gobierno

Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.

Fue una semana intensa. Quizás vengan varias similares. Economía debe administrar la transición hasta las PASO, en un contexto local e internacional que no le es particularmente favorable. Pero aunque pueda ser cómodo, sería incorrecto cargar las tintas sobre el clima, la tasa de EE.UU. o sobre el gobierno anterior. La imprevisión, la mala administración y el despilfarro son responsabilidad de la gestión actual.

Lloramos escasez de dólares, pero la cosecha de la campaña 2021/22 fue récord, y con precios mundiales muy altos. La recaudación tributaria subió 32% en 2020, 65% en 2021 y 82% en 2022, con una inflación de 36% 51% y 95%, respectivamente. La impericia y el exceso de trabas explican que los dólares de las exportaciones se hayan esfumado y el desenfrenado gasto público improductivo llevaron a una emisión desmedida que derivó en una inflación que hoy está enquistada y sin visos de control.

Hoy, el Gobierno sólo conduce -ni siquiera administra- una estable inestabilidad, en palabras del Carlos Melconian. Ya hemos registrado meses de baja en el nivel de actividad y la inflación muestra números crecientes: la estanflación ya es nuestra realidad. No hay divisas, el Gobierno sigue incrementando el gasto como si el dinero lloviera, y las deudas por intereses se siguen acumulando. Con cepo, con déficit fiscal, con emisión creciente, sin divisas, las variables de la macro se siguen deteriorando. Inflación, brecha cambiaria, flojo balance del BCRA, fondos de la jubilación diezmados; son la herencia que le dejan al próximo gobierno.

La noticia no es tal: el ajuste es el único camino. No será leve, no será sin costo. Pero de una vez deberemos aprender que no se puede vivir del Estado, que no se pueden pagar gastos emitiendo papeles que se devalúan antes de salir de la maquinita, que coartar la libertad de comerciar con el exterior a un valor que sea justo y no a “precios justos” equivale a empobrecer a todo el país y no sólo a los “oligarcas” del campo, que sacar moratorias cada dos años es un incentivo para no aportar y tributar.

De una vez por todas deberemos entender que el derecho de voto no es una obligación de votar dádivas. Es un compromiso con nuestro futuro, el de nuestros hijos y el de próximas generaciones.

El Gobierno solo tiene un plan: intenta llegar cuanto antes a las elecciones. Los ciudadanos también quieren llegar a esa fecha. Pero por razones bien diferentes. Stay tunned!