Calzado y ropa en Argentina: precios altos y el dilema de una ola importadora

Renovar el guardarropa cuesta el doble o más que en países limítrofes. El Gobierno disminuyó aranceles para impulsar a una baja y puso en alerta a la industria. La tajada que se llevan los impuestos.

Javier Milei avaló la reducción de los aranceles en ropa y calzado de 35% a 20%; de telas de 26% a 18%; y de los distintos hilados de 18% a 12%, 14% y 16% y generó alarmas en las industrias textil y del calzado, dos de los sectores que se reconocen dentro de los más protegidos para preservar las fuentes laborales. Ambos tienen todavía notable presencia en Córdoba.

La polémica se potenció porque a partir de otras reformas, como la posibilidad de traer artículos por el sistema de Courier, no son pocos los consumidores que decidieron llevar todas o algunas de sus compras hacia la mercadería importada.

La consultora Focus Market, que dirige el economista Damian Di Pace, comparó los precios de Argentina con los países vecinos. “La baja de aranceles a la ropa y calzado debería mejorar los precios domésticos de los productos importados en este rubro y la baja de aranceles a insumos para la producción local cómo telas e hilados debería hacer lo correspondiente para los precios de la indumentaria y calzado fabricada en el mercado local”, concluye el analista.

Para Miguel Hames, presidente de la Cámara del Calzado de Córdoba, el sector acusará el impacto a futuro. “Un año atrás se estaban produciendo  en el país 100 millones de pares e ingresaban 23 millones de Brasil y Oriente. Ahora está en unos 70 millones de pares y seguramente se incrementó la importación”, detalla Hames a CONTAINER. En esos volúmenes, Córdoba fabrica unos 20 millones de pares por año.

Focus Market realizó la comparación de precios con prendas básicas para hombres y mujeres, como jeans, camisetas, zapatillas, perfumes y bolsos de dama.

En Brasil las mismas prendas pueden encontrarse hasta seis veces más baratas, como es el caso del calzado femenino. Renovar un guardarropa cuesta, en promedio un 78% menos que en Argentina, esto es U$S 591 en Brasil y contra U$S 1.054 en Argentina. Todas las prendas presentan una diferencia de al menos un 50%, excepto las zapatillas, cuya brecha es del 27%.

Para bajar los precios “será necesario reducir y eliminar impuestos distorsivos cómo ingresos brutos de las provincias y las tasas municipales”, indica Di Pace, algo que está dentro de los planes del Gobierno y con lo que hasta ahora se ha avanzado con lentitud.

Renovar el placard en Paraguay es casi dos veces más económico que en Argentina, con el mismo dinero que se gasta acá, allá se pueden comprar dos pares de zapatillas; los jeans y las bermudas en nuestro país cuestan un 86% y un 73% más. La presión tributaria en Paraguay alcanza del 12% al 13% del PIB y posee una estructura fiscal que favorece la competitividad aunque hay mucha informalidad.

La tasa estándar del IVA en Paraguay es del 10%. Hay algunos productos y servicios exentos de IVA, como los alimentos básicos. A su vez, las empresas y sociedades deben pagar el Impuesto a la Renta Empresarial (IRE), que grava con el 10% sobre las utilidades netas.

Con Chile prendas idénticas cuestan USD 595 en Chile frente a USD 1.054 en Argentina. Con la misma plata, se compran allá dos bolsos de dama. La presión tributaria ha rondado en ese país el 20% del PIB en los últimos años. Chile tiene una presión tributaria relativamente alta para la región de América Latina. Sin embargo, es aún entre 15 y 18 puntos menor a Argentina. La tasa estándar del IVA es 19% y el impuesto a la renta empresaria, del 27%. A su vez, su política de libre comercio ha adoptado un sistema arancelario muy bajo, con un arancel promedio de 6% para la mayoría de los importados. 

Finalmente, en Uruguay es más barato que comprar aquí. Las diferencias alcanzan el 79% en jeans, 76% en shorts y bermudas, 72% en camisetas y 68% en sandalias. Su  presión tributaria se encuentra alrededor del 27% al 30% del PIB. La tasa estándar del IVA es 22%, con algunas exenciones y tasas reducidas. Sin embargo, en este país ni en el resto de los casos existe ingresos brutos o tasas municipales.

Hames destaca que Córdoba se centra en la producción de calzado de cuero, frente a los de tela y sintéticos que son los que probablemente lleguen del exterior. Los 70 millones a 80 millones de pares que se fabrican entre Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, Catamarca, La Rioja y algo de Mendoza son claves para que el sector no se derrumbe.