“Carancho” Milei, aprende de política
Javier Milei deja de mirar solamente a la economía como el eje de sus acciones. Con el inicio del año donde hay elecciones de medio término, empezó a echarle un ojo a la política partidaria, esa que se nutre de las adhesiones, armados, territorios y el poroteo cotidiano.
Podrán decir: hace rato que se metió en ese terreno. No es verdad, él mismo reconoce que llegó a la Casa Rosada más por el desastre político que lo precedió y que por mérito propio. De hecho, en la primera vuelta electoral sacó un número de votos correspondientes a los desencantados del macrismo y el radicalismo.
No hubo política partidaria en esa ocasión ni nada que se le parezca, lo cual también quedó demostrado con la configuración de su equipo de gobierno, un rejunte donde se destacan Patricia Bullrich y Guillermo Francos. Ambos tienen conocidos recorridos.
Pero ahora aparece otro Milei que, al decir del politólogo Andres Malamud, sale a “caranchear” en todos los lugares que puede para afrontar el próximo turno electoral.
Lo está haciendo, por ejemplo, en Córdoba. Su referente aquí, ha quedado claro en una fotografía íntima de fin de año, es el empresario de las estaciones de servicio Gabriel Bornoroni. A pasos, se ubica el también empresario de Jesús María Luis Picat. Ambos son diputados nacionales. Pero a los dos les falta algo esencial para la política de estos tiempos: manejo de territorio.
Por ello llamó la atención hace poco el fuerte abrazo que el propio Milei le pidió a Luis Juez quien en su momento perdió por unos pocos puntos la gobernación de Córdoba, situación para la cual es necesario tener una estructura, en aquel momento también soportada por el radicalismo provincial.
Y como sucede en Córdoba, Milei va a hacer ese recorrido político en cada distrito que pueda. Una alianza con Macri en Capital Federal y Buenos Aires es inevitable para ambos. ¿O alguien puede imaginar que Karina Milei ya tiene espalda propia para afrontar las legislativas de octubre? Una cosa es ser conocido, otra muy diferente competir con éxito en procesos electorales o ganar.
Milei ha entendido cuál es la diferencia. Mucho de esto está en la reciente convocatoria a sesiones extraordinarias, donde incluyó ficha limpia y nombramientos en la Corte. La economía encaminada, más allá de las dudas que genera el tipo de cambio, le permite iniciar una nueva fase, esa que visceralmente rechazó en su momento.