China profundiza amenaza y promete no comprar soja sin procesar
El representante de la Cancillería argentina, Alberto Chiaradía (foto) mantuvo negociaciones con China la semana pasada pero las conversaciones no destrabaron el conflicto.
China concretó sus advertencias de dejar de comprar aceite de soja argentino y ahora profundiza sus amenazas al tirar sobre la mesa de negociaciones la posibilidad de dejar de comprar soja sin procesar, en respuesta a las restricciones aplicadas por Argentina a la importación de sus productos industrializados.
La semana pasada, el encargado de Negociaciones Internacionales de la Cancillería argentina, Alfredo Chiaradía, viajó a China para iniciar una serie de reuniones con el Gobierno de ese país, acompañado por el secretario de Industria, Eduardo Bianchi.
El objetivo de la misión era comenzar a destrabar el ingreso de aceite de soja al gigante asiático. El propio Chiaradía había afirmado, en las primeras reuniones, que ambas partes manifestaban el interés de normalizar las relaciones comerciales; pero empresarios cercanos a las negociaciones aseguran que, en este marco, las autoridades chinas redoblaron su ofensiva y plantearon la posibilidad de dejar de comprar soja argentina.
Así lo indica el diario El Cronista Comercial, quien destaca que de concretarse la medida estarían en peligro la colocación de 27,5 millones de toneladas por casi 10.000 millones de dólares, lo que terminaría representando una caída en los ingresos para el Estado vía retenciones en torno a los 3.500 millones de dólares. Si se suma lo que se pierde por retenciones al aceite de soja, los ingresos fiscales superan los 4.000 millones de dólares.
Al respecto, indicaron que por ahora no se encuentran puntos en común, ya que mientras China reclama terminar con 20 casos de antidumping contra productos chinos, Argentina sólo pide que abran la importación de aceite de soja.
A mediados de abril, la administración china recomendó a sus importadores dejar de traer aceite de soja de Argentina, argumentando que comenzaba a aplicar una normativa sanitaria vigente desde hace cinco años por la cual no se puede ingresar al gigante asiático aceite sin refinar con una determinada cantidad del solvente que se utiliza para su producción, nivel superado por el producto argentino.
Con esto, el Gobierno chino buscaba que Argentina flexibilice el ingreso de productos chinos industrializados. Pero además, intentaba que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner reconozca a China como “economía de mercado”, paso previo para ingresar en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Fue en este marco que, en aquel momento, visitó Argentina el viceministro de Comercio de China, Jiang Yaoping, quien encontró una dura respuesta de la ministra de Industria argentina, Débora Giorgi, cuando afirmó que el freno a las importaciones chinas está basado en que estos productos constituyen una “competencia desleal”.