Como dijo Cafiero, cuando llegue el momento
Columna de Walter Giannoni.
El Covid-19 vuelve a jugar sus tristes fichas. El nuevo cierre que comenzará mañana no es inesperado. Todos sabíamos, con ese conocimiento de causa que otorga la experiencia, que nuevamente quedaríamos atrapados por la confluencia de la pandemia y los desaciertos.
De poco sirve hoy la búsqueda de responsabilidades, mientras se está en pleno combate del flagelo. Como dijo con soltura el jefe de ministros, Santiago Cafiero, en su presentación parlamentaria: cuando pase esto será el momento de ver el comportamiento de cada uno.
Asombroso criterio por cierto para un Gobierno que viene flojo de papeles. Más allá de las minucias de la política (como el vacunatorio VIP o la distribución discrecional de vacunas) hay al menos dos cosas “grandes” para señalarle a la gestión que son de difícil reversión argumental.
La primera es notable: por su situación hemisférica, el Covid-19 le dio seis meses de ventaja a la Argentina para preparase. Desconcertado e inhábil, no supo aprovecharlo. Todavía resuenan las palabras de Ginés quién había calificado de “resfrío” a una enfermedad que no llegaría nunca a estos lares. ¡El ministro!
La Embajada en China había advertido en diciembre de 2019 sobre la aparición del Covid.
Luego se dispuso aquél gran encierro a los apurones de marzo del año pasado que se extendió sin pausa y derrumbó la economía, en particular, la de los más débiles del sistema.
La segunda, no es menos central. La política desplegada para conseguir las vacunas e inocularlas nos dejarán por siempre la impresión de un desastre político-administrativo de una hondura insondable. Es difícil explicar por qué 30 países aplicaron la vacuna de Pfizer (entre ellos tres vecinos), y Argentina quedó afuera.
Ahora el Estado está pudiendo hacerse de una significativa cantidad de dosis para avanzar con rapidez. Es bueno que así sea. Sin duda aparece una luz al final del túnel que anticipa un final de año en mejores condiciones.
El Gobierno, sin embargo, “cuando llegue el momento” no podrá escudarse en sus polémicas con la oposición para lavar las responsabilidades que le son propias. Por más chisporroteo electoral y acusaciones a la sociedad sobre sus conductas, el que pone las vacunas en los hombros de la gente es él. Para eso también fue votado aunque jamás esperara este problema.
Esta columna fue publicada en la edición digital de la Revista Container el 06/06/2021.
