¿Cuánto puede hacer Brasil con Lula para reimpulsar el acuerdo UE-Mersocur?
La LXII cumbre de presidentes del bloque sudamericano, celebrada en Puerto Iguazú, dejó el compromiso para avanzar hacia la pronta suscripción del acuerdo de asociación. Para medios europeos, el retorno de Lula al poder en Brasil abre una nueva chance.
La presidencia pro tempore del Mercosur pasó a manos de Lula Da Silva –tras el mandato de Alberto Fernández–, durante la cumbre de los países miembros que tuvo lugar el pasado martes 4 de julio en Puerto Iguazú. En la ocasión, el presidente brasileño marcó como objetivo prioritario cerrar “este semestre” un acuerdo “definitivo” con el bloque europeo, objetivo que sin embargo no encuentra a todas las partes y voces alineadas para su efectiva concreción.
La declaración conjunta de los presidentes del bloque ratifica “el compromiso del Mercosur para avanzar hacia la pronta suscripción del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE) para el beneficio de todas las partes y que considere sus distintos niveles de desarrollo”.
En declaraciones al diario La Voz del Interior, el expresidente uruguayo Luis Lacalle Herrera observó que “es prácticamente imposible que los 27 parlamentos (de los países que integran la UE) aprueben, unánimemente, un tratado como lo pretende Brasil, cuando hay países como Francia, Polonia e Irlanda que no van a aceptar condiciones que perjudiquen a sus granjeros, que están fuertemente protegidos”.
En su parte final, la declaración de la LXII Cumbre de Presidentes del bloque sudamericano menciona que los mandatarios coincidieron en la “necesidad de mantener una agenda externa ambiciosa y pragmática” priorizando aquellos escenarios de negociación que ofrezcan posibilidades para que los países del Mercosur puedan profundizar su inserción en las cadenas inter-regionales, atraer inversiones, aumentar sus exportaciones y generar empleo de calidad.
En su párrafo más explícito reiteran el compromiso para avanzar hacia la pronta suscripción del Acuerdo de Asociación con la UE “para el beneficio de todas las partes y que considere sus distintos niveles de desarrollo”.
Al respecto, destacan los trabajos llevados a cabo en el primer semestre, en particular la reunión de Jefes Negociadores Mercosur-UE celebrada en Buenos Aires los días 6 y 7 de marzo y la de Jefes Negociadores Alternos realizada el 15 de junio, “que permitieron abordar las cuestiones pendientes y mantener una discusión franca sobre las aspiraciones y prioridades de cada uno de los bloques”.
En paralelo, reiteraron su preocupación por la evolución de iniciativas legislativas “que pudieran desembocar en medidas restrictivas del comercio que afecten las exportaciones agrícolas del Mercosur y alteren unilateralmente el equilibrio de los términos del Acuerdo concluidos en principio en 2019 entre Mercosur y la UE”.
Según la cadena alemana DW, las posibilidades para cerrar un tratado entre ambos bloques parece diluirse en razón de las duras críticas sudamericanas ante las demandas de la UE en materia ambiental, que expone “exigencias adicionales”.
Un artículo bajo el título “Lula da esperanzas a un acuerdo UE-Mercosur lleno de trabas”, el portal alemán recuerda que durante el mandato de Jair Bolsonaro en Brasil (2019-2022), hubo un aumento de las políticas de medioambiente favorables a la deforestación, algo que interrumpió las posibilidades de avanzar con un acuerdo, por la negativa de varios países europeos a ir en contra del Acuerdo de París. “La llegada de Lula ha mejorado las expectativas, en el sentido de que se ha comprometido con una política de medio ambiente”, dice Anna Ayuso, investigadora del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), que conversó con AW.
Ayuso considera que el nuevo protocolo de la UE en materia ambiental -que veta las importaciones de productos como el café, madera, soja o carne procedente de zonas deforestadas- es negociable y que podría encontrar solución, siempre y cuando se tomen en cuenta mecanismos de cooperación entre países.
También se evalúa que la presidencia de España en el Consejo de la UE podría dar un nuevo empuje a las relaciones con el Mercosur, aunque dependerá del resultado de las elecciones previstas para el 23 de julio.
“Haría falta mucha voluntad política y concesiones económicas importantes desde el lado europeo para viabilizar un acuerdo”, acota a DW Carl Moses, economista y experto para Sudamérica con base en Bonn y Buenos Aires. Sostiene que el camino para profundizar la cooperación entre el Mercosur y la UE tiene que pasar por acuerdos sectoriales en temas estratégicos como energías renovables, hidrógeno verde y materias primas como el litio.