De qué poder del estado dependerá el cambio de rumbo de Argentina
Columna por Walter Giannoni.
Es una hipótesis de base que si el próximo Gobierno tuviera la decisión de modificar la realidad argentina –para lo cual está a la vista que debería cambiar el signo político–, la fortaleza de ese nuevo oficialismo en el Congreso de la Nación es la clave, central y decisiva.
En nuestro status constitucional, a las grandes decisiones las toman el Poder Ejecutivo y el Congreso de la Nación. El respaldo parlamentario es, en consecuencia, el eje del universo argentino a partir de 2023.
Es frecuente escuchar que a quien asuma, si tiene la intención de efectuar un giro de 180 grados, las diferentes corporaciones (es innecesario enumerarlas) “no lo van a dejar”. Inclusive hay quienes ya se jactan de ello.
Cada dos años hay elecciones parlamentarias. La mitad de Diputados se renueva en cada turno electoral con elecciones en todas las provincias, en tanto que el Senado de la Nación es renovado por tercios. Este año elegirán senadores Buenos Aires, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis, Formosa, Jujuy y Santa Cruz.
¿Qué puede ocurrir, entonces, en el Congreso? Para JxC es fundamental sumar senadores nacionales. Si se repitieran los resultados de 2021, por ejemplo, donde el actual oficialismo salió lesionado, sobre 70 senadores, el FdT obtendría 35 bancas, los cambiemitas 34 y otras 3 irían a fuerzas menores. Es difícil pensar que los libertarios vayan a ganar una provincia completa, por lo cual la oposición se juega el todo por el todo en esa elección donde las que renuevan (salvo Jujuy) son provincias afines al kirchnerismo.
En Diputados, en tanto, en 2021 JxC se quedó con 122 escaños, el FdT con 103 y otras fuerzas 32 bancas. Aquí sí puede ocurrir una verdadera novedad: según encuestadores Milei podría obtener 20 bancas. ¿De cuáles de estos espacios saldrán? Es una suposición con algún basamento en la realidad que el kirchnerismo/peronismo afín podría achicarse por una mala elección. También podría crecer el peronismo disidente (que intenta armar Schiaretti).
Resulta, asimismo, difícil que en un eventual gobierno de JxC (sea el presidente que sea), los libertarios terminen apoyando un incremento del gasto cuando todo indica que el camino debería ser el inverso. Milei no es proclive a la negociación porque significa “entrar en la rosca de la casta”.
El resultado final en el Congreso es tan importante como quién irá a la Casa Rosada. En ese edificio se tejerá si la Argentina tuerce o no su destino.
