
Economía: Alinear el acuerdo con el FMI, el dólar y la política, esa es la cuestión
El Gobierno se mueve entre dos andariveles con distintos niveles de éxito en cada uno de ellos.
En el plano político, aun trastabillando, se ven valiosos logros. Que la movilización del último miércoles haya sido ordenada y sin revueltas es un reflejo del rápido aprendizaje de los eventos de la semana anterior. Que el DNU haya sido aprobado –ajustadamente– en Diputados es otro logro de Guillermo Francos, la pata política más eficaz que podría tener un Presidente quien desde el principio mostró poca o nula cintura para moverse en las arenas de la “casta”. Milei le debe a Francos todos los objetivos políticos conseguidos desde la Ley Bases hasta acá.
En el plano económico, atrás quedaron los aplausos por la baja de inflación y la obtención de superávits. No obstante, cabe agregar como corolario que los leves rebotes en la inflación mensual son completamente esperables en un proceso de desinflación como el encarado por esta gestión.
El plano financiero es lo que está mostrando señales preocupantes. El BCRA se ha esmerado para intervenir en el mercado de dólares financieros sacrificando, para ello, reservas que no sobran. Con el corsé de la Base Monetaria Amplia fija, se mueve en un delicado equilibrio entre intentar sujetar el CCL y la suba de tasas de interés reales que juegan en contra.
Párrafo aparte para las ventas en el MULC. El mercado entiende que el crawling peg fijado en 1% sólo es parte de la Fase 2 y que eventualmente será modificado. Con reservas netas negativas, sin pistas de lo que exige el FMI por el Plan de Facilidades Extendidas, y un contexto político que enturbia las elecciones legislativas, la incertidumbre se apoderó de quienes impulsaron la demanda de dólares y retiraron la oferta. ¿El resultado? El BCRA vendió más de U$S 1.000 millones en las últimas cinco ruedas.
Sumemos que la semana próxima el Tesoro enfrenta vencimientos por más de $ 9.000 millones y el mercado espera conocer los instrumentos que ofrecerá en la licitación y las tasas que convalidará, ya que últimamente las colocaciones se han realizado a tasas reales positivas que juegan en contra de controlar el precio de los dólares financieros.
Concluyendo, los andariveles de la política y las finanzas no están alineados. El acuerdo con el FMI pareciera estar más o menos encaminado, la política batallará hasta las elecciones y el formato que tomará el mercado cambiario seguirá siendo un enigma. Stay tuned!