
Economía: “Me mandé una macana”
Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.
Si el actual ministro/candidato tuviera una ráfaga de sincericidio, si dudas diría algo como esto: “Me mandé una macana”. Su discurso de campaña claramente lo dirige hacia cuestiones más populistas evitando hablar sobre el estado actual de la economía, de cuyo ministerio es el titular, y prometiendo medidas que los ciudadanos esperamos que tome desde su asunción al cargo, hace poco más de un año.
Si estuviera en su ADN ser autocrítico, debería reconocer que la devaluación de nuestra moneda se hizo a tontas y locas, sin un esquema cambiario consistente. Si buscaba corregir la brecha cambiaria cercana al 100%, lo que consiguió es dispararla hasta el 128%, aunque luego haya retrocedido y hoy “sólo” sea del 115%. Los valores del dólar financiero en $ 800 podrían ser producto de un overshooting y estar muy lejanos a un valor de equilibrio. O no.
Si buscaba recomponer reservas del Banco Central, no le sirvió y debió establecer un “dólar soja 4” e impedir importaciones para conseguir sumar algo a las arcas. Antes existía un dólar oficial y un dólar soja; con la devaluación se llevó el dólar oficial hasta el valor del dólar soja. Pero como la devaluación fue desordenada, tuvo que recurrir nuevamente al Programa de Incremento Exportador y llevar el dólar soja más arriba. Por esta sucesión de decisiones erráticas el mercado desconfía de que se pueda sostener el valor del dólar oficial hasta las elecciones de octubre. O que, aun lográndolo, se pueda sostener mucho más allá de esa fecha.
El desordenado esquema cambiario que se ha planteado llevó a un aumento significativo de precios sin ningún patrón, a la bartola. ¿Por qué? Porque nuestra economía ya está “mentalmente” dolarizada y se toman decisiones defensivas en una moneda que no es la nuestra. Así que, como corolario de la “macana”, la próxima semana se publicará el dato de inflación de agosto que será de dos dígitos, y probablemente siga así algún par de meses, porque los costos se han disparado, incluyendo los salariales. Es probable que hacia fin de año la inflación mensual vuelva a ser de un dígito. Pero muy alto.
Ese es el problema de no establecer un plan monetario, económico y cambiario que ancle expectativas. Nuestro esquema cambiario es un desorden. Más allá de quien gane las elecciones, cualquiera de los esquemas propuestos (dolarización, bimonetarismo, desdoblamiento) Argentina necesitará desindexar su economía porque los sucesivos desaciertos nos han traído hasta acá. ¡Qué macana!