
El Mercosur actual y el futuro
Un sueño incumplido
El Mercosur fue creado por el Tratado de Asunción el 26 de marzo de 1991. Su objetivo era la creación de un mercado común entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay para el 31 de diciembre de 1994.
Han transcurrido veinticinco años desde esa fecha y todavía estamos a años luz de alcanzar esa meta. Previamente, ya en el transcurso de 1994 se postergó la aspiración de crear un mercado común por el más modesto de una unión aduanera. La concreción de la misma tuvo diferentes plazos el último de los cuales ya se ha vencido hace casi un año y no se ha mencionado un nuevo plazo por lo cual en la actualidad no sabemos cuándo, y mucho menos cómo, se alcanzará la aspiración de hacer funcionar una unión aduanera entre los países miembros. La Decisión CMC No. 10/2010 estableció con respecto a su implementación y puesta en vigencia que la futura unión aduanera estaría en funcionamiento “a más tardar el 1º de enero de 2019”.
La imprescindible inserción en el mundo
En oportunidad de su creación se mencionó repetidamente que el Mercosur constituiría un trampolín para que nuestros países saltaran hacia adelante para insertarse en el mundo del comercio internacional. Eso tampoco ha sucedido. El Mercosur ha realizado varios acuerdos preferenciales con países latinoamericanos miembros de la Aladi (principalmente con Bolivia, Chile, Perú y los países andinos) y unos pocos, cuatro, con países no miembros: India, Israel, Egipto y los cinco países de la Unión Aduanera de África del Sur (SACU) el principal de los cuales es la República de Sudáfrica. Poco, muy poco. No hemos todavía puesto en vigencia acuerdos de esa clase con ninguna de las potencias económicas que hoy predominan en el mundo como la Unión Europea, Estados Unidos, China, Canadá, Australia o Japón. Con la U.E. se está tratando de implementar el acuerdo firmado hace unos meses pero su instrumentación seguramente llevará todavía bastante tiempo.
Si alguien se pregunta el motivo, el por qué los países del Mercosur no han logrado concretar acuerdos comerciales importantes (como sí lo han hecho otros países latinoamericanos como Chile, Perú, Colombia o México) deberá tener en cuenta que los dos principales países del bloque (Argentina y Brasil) son dos de los países más proteccionistas y menos abiertos en su comercio en todo el mundo.
Las múltiples medidas restrictivas no arancelarias como las licencias previas no automáticas; los altos costos impositivos que agobian a los exportadores y que obstaculizan la aparición de nuevos operadores en el comercio internacional; los derechos de exportación; los costos y las antiguas leyes laborales y, especialmente, los aranceles de importación que figuran en promedio de un 13 a un 14% en el Arancel Externo Común, explican en gran parte las dificultades para concertar ventajosos convenios con otros países del mundo.
¿Y el futuro? El futuro depende de que podamos realizar los cambios profundos que nuestros países imprescindiblemente necesitan. De otra manera permaneceremos en la mediocridad y en la intrascendencia. Como ha sido hasta ahora.
Por Carlos A. Canta Yoy – Publicado en “LA VOZ DEL INTERIOR” de Córdoba el día 15 de diciembre de 2019.