El que más pone: el agro invierte U$S 25.600 M para la nueva campaña
El producto bruto agrícola alcanzaría los U$S 50.655 millones; exportaciones de granos y derivados por U$S 40.900 millones, lo que significarían caídas del 12% y 9% en relación con el ciclo anterior.
Para la campaña agrícola 2022/23 se espera una caída en la producción de granos y en la contribución de las cadenas agrícolas a la economía argentina, según las primeras estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Durante la presentación de la campaña de “cosecha gruesa” (cultivos de verano) Seth Meyer, economista jefe del USDA, describió la situación tirante que caracteriza al balance de oferta y demanda mundial de granos desde la invasión de Rusia a Ucrania. Subrayó la necesidad de que el resto de los países productores prioricen políticas tendientes a aumentar la productividad y eviten la adopción de restricciones a las exportaciones.
Al abordar las perspectivas climáticas para el nuevo ciclo productivo, el ingeniero Eduardo Sierra describió que la ausencia de lluvias, como consecuencia de los últimos dos ciclos consecutivos de “La Niña”, plantean un escenario desfavorable para la definición de los rendimientos en cultivos de invierno y para el inicio de las labores de siembra para cultivos de verano. Sin embargo, aseguró que el sistema evolucionará lentamente hacia un “neutral”, estabilizándose a partir del mes de enero.
Con este panorama, Martín López, analista del departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales, señaló que la superficie sembrada con cultivos extensivos en Argentina registraría un retroceso en la campaña 2022/23. Junto a los menores rindes estimados como consecuencia del escenario climático, resultaría en una producción de 127,7 millones de toneladas, una caída del -1,6% en relación con la campaña anterior.
El mayor retroceso se daría en la superficie y producción de trigo, que alcanzaría 6,1 millones de hectáreas y 17,5 millones de toneladas, respectivamente. Asimismo, expresó que disminuirían el área sembrada de maíz y sorgo, en donde se observaría una mayor participación de siembras tardías. En cambio, el área sembrada con soja se incrementaría un 2,5% para alcanzar los 16,7 millones de hectáreas. El área destinada al girasol registraría un aumento de 17,6%.
Agustín Tejeda Rodríguez, economista jefe de la Bolsa de Cereales, recalcó que la caída tanto en precios como cantidades para la nueva campaña determinaría una disminución en la contribución de las cadenas de cultivos extensivos a la economía argentina, aunque esta se mantendría en niveles históricamente altos.
Señaló que para la campaña 2022/23 se estima un Producto Bruto Agrícola de U$S 50.655 millones y exportaciones de granos y subproductos por U$S 40.900 millones, valores que significarían caídas del 12% y 9% en relación con la campaña anterior.
También agregó que la recaudación fiscal se ubicaría en torno de 17.500 millones de dólares (-9,1%), mientras que la inversión de los productores totalizaría 25.600 millones de dólares, dado que los gastos en insumos aumentarían un 32% en relación con la campaña pasada.
Tejeda Rodríguez remarcó que la mayor parte de esta contribución está explicada por los altos precios internacionales, lo que representa una situación de vulnerabilidad para la Argentina. Remarcó que cuando se observa el desempeño de las cantidades, Argentina viene creciendo por debajo del promedio mundial desde la campaña 2007/08, como consecuencia de los desincentivos que generan las políticas agropecuarias, tal cual lo muestran los escenarios de proyecciones.
Como conclusión, agregó que la adopción de un marco de políticas más favorable para la inversión y la exportación, como propone el Consejo Agroindustrial Argentino, permitiría más que duplicar el crecimiento esperado para el sector agroindustrial, que podría acercarse al potencial.