fbpx
El vaso de cerveza y la política

El vaso de cerveza y la política

Columna por Walter Giannoni.


La década de recesión en la economía argentina (salvo períodos muy breves de recuperación) sumado al paso de los años motivó una reconfiguración del empresariado.

Agostino Rocca, el fundador del grupo Techint, de origen italiano pero que desarrolló casi toda su vida empresarial en la Argentina, solía tener una frase que aún hoy sirve para ordenar dónde se ubicada cada uno. “La industria es la cerveza, los servicios son la espuma”, decía aquel empresario al que no se le puede desconocer su espíritu fuertemente industrialista. Con idas y vueltas, Argentina es todavía hoy un referente en el mundo de la siderurgia merced a esa visión madurada en su paso por el Politécnico de Milán.

Hay quienes sostienen que en este mundo de la tecnología la balanza se habría torcido. Los unicornios motivaron una reconfiguración del empresariado. Es ultra valorada, por ejemplo, cada opinión de Marcos Galperín, el fundador de Mercado Libre que, con la velocidad propia de quienes están en esa actividad, saltó la frontera con tiempo y se instaló en Uruguay y Brasil.

En otras épocas el apotegma industria versus campo dividía las aguas. Inclusive, industria nacional versus corporaciones extranjeras motivaba disputas que aún hoy alinean filas en el seno de la Unión Industrial Argentina ante cada renovación de la conducción. Ahora podría hablarse de industria – campo – tecnología, como el tridente “influencer” en el llamado “círculo rojo”.

Algunos políticos cordobeses se entusiasman (o han asimilado la versión) de que en realidad es la tecnología la que más representatividad tiene en el mundo moderno. Dominará todo porque tanto para conseguir clientes o para que dos máquinas dialoguen, se necesita ese brazo invisible que mueva la rueda. Pero cuando se miran los números duros todavía hay existe un largo trecho para transitar. Según datos oficiales, el sector, que goza de múltiples exenciones, exportó el año pasado por servicios unos U$S 7.500 millones, un aumento del 9,7% respecto del año anterior.

Las exportaciones agroindustriales del país, en tanto, sumaron el año pasado casi U$S 50.000 millones, pero con una salvedad que es muy importante a la hora de poner la lupa intrasectorial: se trata de una actividad ultra gravada, que deja casi el 70% de sus ingresos en el Estado. Las netamente industriales, agregaron otros U$S 23.000 millones.

Efectivamente, hay una bienvenida reconfiguración empresaria en proceso, pero todavía el vaso de cerveza de Rocca evidencia su composición.

CATEGORIES

COMMENTS

Wordpress (0)
Disqus (0 )