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Empresarios cordobeses: el dólar, el cepo y un país “adolescente” en busca de estabilidad

Empresarios cordobeses: el dólar, el cepo y un país “adolescente” en busca de estabilidad

CONTAINER consultó a más de 70 dueños de Pyme, Ejecutivos y Profesionales, si consideran que se puede salir del cepo de inmediato y a qué nivel del dólar. Un análisis en primera persona.


(Foto: Empresarios de Córdoba en 2024, durante la presentación de Milei.)


Mientras el Gobierno argentino celebra el respaldo financiero de organismos internacionales y aliados estratégicos como Estados Unidos y China, el mundo empresario observa el panorama con expectativa, escepticismo y una dosis de resignado pragmatismo. 

Un sondeo de CONTAINER, que reunió 73 respuestas de industriales, comerciantes, ejecutivos y profesionales de distintos sectores, revela un clima donde predomina la cautela frente al futuro inmediato del dólar, la posible salida del cepo y la estabilidad económica.

El 86,3% de los encuestados considera que el levantamiento del cepo no será inmediato, sino progresivo y con restricciones. Apenas cinco empresarios creen que la liberalización cambiaria ocurrirá de manera repentina tras un eventual acuerdo con el FMI. Otros cinco directamente admiten: “no tengo idea”.

En cuanto al precio esperado del dólar oficial, las opiniones están divididas entre quienes creen que debería ubicarse en torno a los $1.350, como el paralelo, o incluso más arriba, y quienes apuestan por un número algo menor, pero aún por encima del actual. “Quizás quede debajo de 1300”, especuló uno. Otro fue más categórico: “El dólar está atrasado. Deberían subirlo, aún a costa de un poco de inflación”.

Un comerciante, que se expresó con notable carga emocional y mirada política, sintetizó el espíritu de muchos: “El dólar debería costar 1.800 pesos, pero el gobierno lo va a bajar a 1.200. Vienen dos años tan complicados como decisivos para Argentina. La bajada del secretario del Tesoro de EE.UU. es una señal muy fuerte de que no quieren que Argentina caiga. Somos un país adolescente, siempre buscamos un padre. El día que tomemos el futuro en nuestras manos no nos para nadie”, subrayó.

En esa línea de incertidumbre optimista, un empresario agropecuario remarcó que “con los aportes del FMI, del Tesoro de EEUU, Banco Mundial, BID y la renovación del swap chino, el Gobierno tiene mucha posibilidad de acción”. Pero advirtió: “Todo dependerá de la evolución de la volatilidad global”.

Desde el sector mayorista de alimentos, otro empresario desmenuzó con precisión técnica los dilemas de política económica: “1) el crawling al uno me parece que no va, tal vez haya que volver al 2%. 2) hay que ver qué pasa si se hace una devaluación, aunque sea chica, si va a ir directo a precios (pass through). 3) ¿qué le hace más daño a la economía? ¿Sostener un tipo de cambio atrasado o aprovechar el apoyo del fondo y meter un cambio ahora para no seguir drenando reservas?. 4) Creo que no conviene levantar el cepo hasta después de las elecciones. 5) El salario se está recuperando, sería una lástima que esto cambie”.

La política también aparece como una variable de peso en las respuestas. “Proyecto estabilidad económica, pero no estabilidad política. Espero que esta última no embarre la chancha”, deslizó un industrial del plástico. Un ejecutivo del sector salud, en tono irónico, sentenció: “Van a llegar a las elecciones haciendo magia”.

La figura de Milei divide opiniones, aunque varios empresarios valoran su previsibilidad. “Milei es previsible. Devaluó a 2% mensual en 2024 y va a devaluar al 1% en 2025”, dijo uno. Otro destacó la afinidad con Trump como una fortaleza geopolítica: “Es muy importante la gran afinidad de Trump con Milei”, señaló un empresario con inversiones en Miami, quien además reclamó salir del cepo “de inmediato”.

Las dudas sobre la política cambiaria siguen siendo el principal factor de tensión. “El actual cambio oficial con el costo argentino no da para exportar. O se pierde o se sale apenas empatado…”, advirtió un exportador. “Creo que iremos a un sistema de flotación entre bandas”, pronosticó otro.

También hubo lugar para el análisis estructural: “Muy pocos creen en la estabilidad; los formadores de precios atentan ininterrumpidamente contra la misma. Bajo este criterio, el dólar siempre termina atrasado. Devaluar implica reiniciar este ciclo perverso. Voto por la estabilidad”.

Algunos prefieren la prudencia: “Esta película de anclar el dólar ya la vimos”, reflexionó un veterano del sector comercial. Y otros insisten en la necesidad de políticas productivas: “Esperemos que se den medidas para alentar a las exportaciones y generar divisas genuinas”.

La síntesis de este sondeo de CONTAINER no deja margen para una conclusión unívoca. Entre la expectativa por los nuevos apoyos financieros, el temor a que el cepo se perpetúe, y la necesidad de un tipo de cambio más realista, los empresarios proyectan un horizonte donde la palabra más repetida es “incertidumbre”. 

La pregunta de fondo, que ninguno se atreve a responder con certeza, sigue siendo si el rumbo económico logrará consolidarse antes de que la política —como tantas veces— vuelva a descarrilarlo.

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