
Enfriar o no enfriar, una interesante “grieta”
Columna de Walter Giannoni.
Un muy interesante intercambio de opiniones sobre la situación de la economía, la industria y las empresas en general se dio esta semana en un grupo de WhatsApp cordobés integrado por empresarios, ejecutivos, economistas, hombres y mujeres de negocios en general.
El disparador fue la fuerte suba de la tasa de política monetaria dispuesta por el Banco Central en 950 puntos básicos. Así, la tasa de Leliq, como se sabe, pasó de 60 a 69,5%, lo cual equivale a una tasa efectiva de aproximadamente 98%.
“El Gobierno de TODES les acomoda el negocio a los bancos y a los jubilados les tira $7.000”, planteó quien encendió esa mecha.
De inmediato vino la réplica, no menos intensa. “Si vemos el gráfico, el de los “globitos” todavía lleva bastante ventaja a medida que iba dejando la maxi deuda”. El gráfico en cuestión era una curva que mostraba que la tasa de interés actual todavía es inferior a la del gobierno de Mauricio Macri.
Luego vinieron las reflexiones de una y otra cosa, lo cual abrió una “grieta” –es el término más fácil de usar– entre los mismos empresarios: ¿Para bajar la inflación hay que enfriar la economía? Enfriar la economía, ¿es inevitable a esta altura de los acontecimientos con una inflación que vuela al 100% para el año? Hubo de todo, lo cual habla de que en un ambiente por lo general muy bien informado y, muchas veces, altamente capacitado; capaz de tomar decisiones con velocidad y certeza, la complejidad de la situación económica también genera desconcierto.
Quizás una de las primeras conclusiones es que inclusive a nivel empresarial, pueda persistir la idea de que hay algún margen para salir de una crisis con la hondura de la actual, sin sacrificios de ningún tipo.
Esta impresión podría estar alimentada (es solo una teoría) por la percepción de que en otras experiencias Argentina se ha repuesto rápidamente, aquello de que “una buena cosecha nos salva a todos”. Ello se ve también en la expectativa, en realidad poco fundamentada, de que Massa podría conseguir dólares frescos de otras fuentes (petroleros, cerealeras, Kuwait, Qatar, etcétera) para evitar lo que ya comenzó a verse, el parate de la industria.
“Los empresarios debemos saber, que tendremos que pasar por una etapa de contracción. Es inexorable para frenar y revertir este proceso”, concluyó alguien en el grupo. La ley es dura pero es la ley, decían los romanos. La economía también tiene sus leyes.