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Estamos mal, ¿pero no tan mal?

Estamos mal, ¿pero no tan mal?

Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.


El 11° Congreso de Mercado de Capitales organizado por IAEF filial Córdoba dejó mucho para analizar. Quienes tuvimos la oportunidad de asistir a todos los paneles nos fuimos con la sensación de que Argentina está mal, pero acostumbrada y –en cierta forma– esperanzada. Pero el mundo está en una situación más incómoda, en términos relativos, porque los desasosiegos económicos que enfrenta tienen a sus bancos centrales contra las cuerdas.

Es que las potencias mundiales se han desacostumbrado a la inflación. Llevan años viviendo en estabilidad y la pandemia vino a desestabilizar sus economías y sus finanzas. La asistencia que debieron otorgar los bancos centrales en términos de liquidez tuvo que empezar a recogerse ordenadamente. Y en el medio, surgió la invasión a Ucrania que trajo aparejados problemas en energía y granos.

Una vez desatada la inflación se han tomado las medidas que han sido consideradas adecuadas pero que, se sabe, tendrán otro tipo de consecuencias. Pocos tienen real conciencia de lo que está sucediendo en grandes economías que semana a semana intentan evitar descalabros que profundizarían su situación. Pero aun así, los ejecutivos de finanzas tienen claro que los mercados han bajado en promedio un 25% en 2022 y es probable que aún les quede recorrido bajista. Eso los mantiene en alerta.

Al momento de hablar de Argentina, se partió de la base que todos sabemos la crítica situación fiscal y monetaria que atraviesa. Del elevado nivel de inflación y del atraso cambiario. Convivimos con esas situaciones hace tiempo. Pero al momento de plantear una visión de mediano plazo la mirada tiende a ser esperanzadora. Las fichas están puestas en las elecciones del próximo año y en la posibilidad que se les abriría a los dirigentes electos de plantear un programa económico con un exhaustivo estado de situación inicial, medidas a tomar para corregir desequilibrios y el objetivo que se espera obtener. Eso los mantiene expectantes.

En el comparativo, Argentina no tendría mucho más para perder y al mundo aún le quedaría un tramo antes de pegar la vuelta. Existe consenso, no obstante, de que nuestro país permanecerá en este limbo al menos hasta el final de esta gestión, luego de la cual deberá conseguirse “la confianza de la gente para encarar las reformas profundas que se necesitan para atraer inversiones” (Cavallo dixit). Dicho de otra forma, y siempre hablando en términos relativos, estamos mal, pero no tan mal. Stay tunned!

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