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Facilitar el comercio exterior es el desafío

La Argentina deberá esforzarse para cambiar la pesada reputación que supo construir a lo largo de años. Lo que viene.

Hace pocos días, durante un almuerzo con empresarios, tuve la oportunidad de escuchar a Alberto Abad comunicando una serie de medidas para facilitar el comercio exterior. Entre ellas, el funcionario anunció la apertura de una Ventanilla Única de Comercio Exterior, denominada VUCE.

Reducir los tiempos de desaduanamiento. Agilizar las devoluciones del IVA y los Reintegros. A fin de año tener regularizadas estas devoluciones. A esto se suma la eliminación de las retenciones a las exportaciones, y a la disminución de la carga tributaria generan optimismo.

Abad también se refirió a la serie de medidas que comenzarán a regir para apoyar a las pymes, incluyendo las liquidaciones trimestrales de IVA, eliminación de la Ganancia Mínima presunta, regularización de los reintegros del IVA y los certificados de exclusión de retenciones.
Venimos de una década de puertas cerradas, hacia adentro y hacia afuera. Tan maltratados estábamos, que nos habíamos acostumbrando y nos parecía normal ese maltrato.

Desde nuestra función de Despachantes de Aduana había que “suplicar” por un permiso de importación (DJAI), y nuestro interlocutor en Secretaria de Comercio era un número: “El Operador 16”. Ni hablar de las empresas que tenían que exportar arroz para poder importar vehículos de alta gama. Tan genios eran los “promotores” de esta genialidad que no se daban cuenta que cambiando el nombre del exportador no cambiaba la balanza. Al contrario, profundizaba su déficit.

Atraso
Faltaban medicamentos, insumos para producir bienes exportables, ¡faltaba de todo! Estábamos sumidos en el atraso y fuera del mundo.
Fuera del país nos tildaban cuanto menos, de idiotas.

Hemos transitado largos periodos en donde el empresario estaba mal visto, parecía estar en la vereda de enfrente. Algo casi inaudito si analizamos que la riqueza y la generación de empleo proviene precisamente, de las empresas y de los empresarios que las creen, y arriesgan.

Es sabido que tendremos que trabajar bastante para cambiar una reputación pesada, que hemos sabido construir a lo largo de años. Esto se fue logrando a raíz de convenios que no se cumplían, cambios abruptos de medidas económicas, y de menospreciar o ignorar al empresario.
Tener hoy, un gobierno que mira al futuro, que quiere generar puestos de trabajo, que quiere incentivar el emprendimiento a través de la innovación, la modernización del Estado, la infraestructura, incluyendo las comunicaciones y el internet nos alienta y da fuerzas.

Autor: DELIA FLORES
Fuente: cronista.com

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