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¿Gana el enfoque monetario o el deporte de remarcar?

¿Gana el enfoque monetario o el deporte de remarcar?

Nancy Villarruel
Economista | leer más notas

Son días por demás entretenidos. Hace una semana se dio un paso importantísimo en el sendero de la normalización. Porque debe quedar claro: estamos camino a ser un país normal. Nos queda un trecho aún. Había números macro que hace 15 o 20 meses hubieran parecido imposibles de alcanzar. Casi utópicos. Sin embargo, con esos números en la mano, mostrando el certificado de buena conducta conseguimos apoyo económico para avanzar en ese camino de normalización.

Pero aún falta. Basta ver las opiniones de distintos economistas para saber que lo ocurrido en tres días hábiles da pie para distintas interpretaciones y pronósticos. Al derribar la mayoría de las restricciones cambiarias, los agentes económicos fueron tomando decisiones. El ciudadano común esperó al lunes para salir a comprar dólares con los pesos en cuenta para probar si era cierto. 

Empresas y mayoristas pasaron listas de precios actualizadas, como si todos los productos ajustaran por dólar oficial o como si el dólar oficial tuviera un único precio nuevo en $1.200. Algunos inversores más avezados se sentaron a esperar que el mercado se calmara y tomarán decisiones “más adelante”. Estos diferentes comportamientos llevaron a que no hubiera un pronóstico unívoco entre los analistas económicos.

Para algunos, indefectiblemente la inflación de abril estará por encima de marzo porque el peso se devaluó un 15% frente al dólar. Para otros, la escasez de pesos en circulación y el bajo nivel de actividad llevarán a que los precios se comporten moderadamente o, de otra forma, no habrá ventas. Indudablemente, los argumentos de uno u otro lado tienen algún sustento. 

Lo que finalmente registraremos como Índice de Precios al Consumidor en abril y su variación respecto de marzo aún está por verse, aunque dos o tres datos mensuales no alcanzan para definir una tendencia. ¿Qué intento decir? Que la inflación es un fenómeno monetario pero el comportamiento de los agentes de la economía tiene un componente de expectativa y de memoria que podría alterar el resultado final.

Los argentinos hemos convivido demasiado tiempo con inflación, estamos acostumbrados a remarcar ante cualquier cambio en la cotización de la moneda extranjera pero no es menos cierto que también nos hemos educado como consumidores y ya no avalamos subas de precios indiscriminadas y hemos aprendido a vivir y comprar  más austeramente.

Un proceso de baja de inflación no está exento de algunos rebotes en el medio. Habrá que esperar para ver si prima el enfoque monetario o el deporte de remarcar. Stay tuned!

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