Ganar es una cosa, gobernar será otra muy distinta
Columna por Walter Giannoni.
Córdoba ya tiene definidas sus candidaturas para los cargos que se juegan en este año electoral. Aunque es conocido, muchos ciudadanos no saben todavía que un domingo se disputará la Gobernación (el 25 de junio) y otro diferente la municipalidad capitalina (un mes después, el 23 de julio). De ahora en más, la campaña ingresa en su pasillo más importante que desemboca directamente en las urnas.
Lo sucedido en los últimos días marcó notables puntos de diferencia respecto de turnos electorales anteriores. El oficialismo cruzó la línea partidaria e incorporó en postulaciones clave a dos dirigentes que en teoría vienen de la oposición.
Se desconoce cuál será el efecto electoral de esa jugada. Hay analistas políticos que sostienen que en realidad ningún dirigente le suma más nada a lo que ya tiene el peronismo cordobés y solo se trata de consolidar las trincheras.
Los pases produjeron estrépito en Juntos por el Cambio, cuya interna nacional no cesa. La ida de Javier Pretto, nada menos que presidente del PRO cordobés a las filas de Hacemos Unidos por Córdoba, fue interpretado así en Buenos Aires: Es otro capítulo de la pelea entre Macri y Larreta, dicen.
La llegada de la intendente Myrian Prunotto no sorprendió tanto porque hace tiempo que venía advirtiendo sobre su disconformidad con la situación del radicalismo y su acercamiento con Llaryora. “Se llevan muy bien”, dicen en el entorno. La expectativa es que junto con ella trabajen en la campaña intendentes radicales que quedaron hace tiempo a la vera del armado de JxC.
La política hace tiempo que ya no juega más por los colores de la camiseta. Si no existe una contrapartida concreta el salto al otro lado del mostrador puede producirse en segundos.
Ahora, cualquiera sea el resultado, lo que viene para quienes resulten electos en los cargos ejecutivos está lejos de la construcción ideal de los gobiernos que proponen. Esta semana la Provincia misma alertó que su recaudación total cayó 6% en términos reales. Si se produce una devaluación como la que el mercado espera, Córdoba tendrá que realizar ingentes esfuerzos para cumplir con su deuda.
Y además deberán gestionar en contexto de alta inflación ante una ciudadanía que ya no tiene margen para absorber más costos. El golpe tarifario que se producirá en estos días, sobrevivirá en los presupuestos familiares en la etapa que viene para el país. Gobernar no será fácil. Estará lejos de los eslóganes de la campaña.
