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Ganó Trump, ¿de verdad ganó Milei?

Ganó Trump, ¿de verdad ganó Milei?

La victoria de Donald Trump fue categórica y ha causado un efecto dominó en la política y economía globales. El resultado evidenció un claro triunfo. Para Argentina, un país con la economía fuertemente afectada por la deuda y la alta inflación, esta victoria se proyecta como un arma de doble filo.


Por Gustavo Scarpetta, Especialista en Comex.


Javier Milei, candidato de la derecha liberal y admirador declarado de Trump, podría ver en este triunfo un respaldo indirecto a su agenda de cambio, especialmente en temas económicos, donde el 2025 se presenta con necesidad de fondos o refinanciación, y temas contra la agenda climática, pero hay otras lecturas a tener en cuenta.

La relación de Argentina con el FMI es compleja y está en el centro de la agenda económica del país. El préstamo de U$S 44 mil millones de 2018 sigue representando un obstáculo económico y un compromiso político para la nación. Durante su primer mandato, Trump se mostró abierto a apoyar a Macri en su relación con el FMI, facilitando el acceso a fondos, pero también promoviendo condiciones estrictas. En un segundo mandato, la postura de Trump hacia el FMI será clave. 

Algunos analistas de política económica sugieren que Trump, conocido por su postura de “América Primero”, podría utilizar el FMI como una herramienta para promover una disciplina fiscal más rigurosa en los países latinoamericanos, especialmente aquellos que percibe como de interés estratégico. 

En palabras del profesor de economía de Harvard, Kenneth Rogoff, en particular frente a países deudores de América Latina, incluyendo a Argentina, como parte de su estrategia para mantener la estabilidad fiscal en la región. Sin embargo, Rogoff también advierte que esta presión podría ser contraproducente para una economía ya debilitada. Una América latina más débil es mayor presión migratoria hacia EE.UU. y Europa. 

Otro componente clave de la agenda de Trump en la región podría ser el impulso del friendshoring, una estrategia para reubicar las cadenas de suministro en países amigos. Allí Argentina jugará un papel interesante.  Esta estrategia permitiría a las empresas estadounidenses reducir su dependencia de Asia y fortalecer sus lazos comerciales en América Latina. Aumentarán los conflictos geopolíticos. 

Argentina podría beneficiarse de esta tendencia si logra presentarse como un socio confiable y competitivo. Sin embargo, esto requeriría una estabilidad macroeconómica que hoy parece lejana. La inversión extranjera directa de EE.UU. podría aumentar en sectores estratégicos como la energía y la tecnología, pero solo si el país muestra señales claras de mejorar su marco regulatorio y reducir su inestabilidad financiera. 

La llegada de Trump podría incentivar este tipo de inversiones en América Latina, pero Argentina necesitaría demostrar que está preparada para recibirlas, lo cual requeriría un enfoque proactivo en atraer capital y facilitar las condiciones para los inversores. El RIGI iría en ese camino. 

Economía global bajo Trump.

La economía global se enfrenta a la posibilidad de una desaceleración debido a varios factores, como el endurecimiento de las tasas de interés y la desaceleración del crecimiento en China. La llegada de Trump podría empeorar esta situación si persiste en su enfoque proteccionista, que busca reducir el déficit comercial norteamericano. Para Argentina, esto representaría un escenario de riesgo, ya que una economía global más débil limitaría las exportaciones de materias primas, una fuente crucial de ingresos para el país. Menos exportaciones y menos valor de las commodities. 

Además, si EE.UU. implementa políticas que fortalezcan el dólar, Argentina enfrentaría desafíos adicionales para estabilizar su tipo de cambio, lo que, a su vez, complicaría sus pagos de deuda. Trump, que busca frenar la inflación en EE. UU. a través de una economía protegida, podría adoptar una postura de tasas de interés altas, lo que aumentaría la carga financiera sobre países como Argentina, que dependen del financiamiento externo para mantener sus economías a flote.

¿Es un aliado para Milei?

Para Javier Milei, el triunfo de Trump es una victoria simbólica que valida su visión económica. Sin embargo, la realidad es más compleja. Si bien Trump podría apoyar a líderes con visiones de libre mercado, las condiciones macroeconómicas que podrían surgir bajo un gobierno republicano podrían ser un desafío para el presidente de Argentina. 

La presión sobre el FMI y la tendencia hacia el friendshoring brindan oportunidades. En conclusión, el triunfo de Trump ofrece a Argentina una oportunidad de fortalecer sus lazos con EE.UU., pero también plantea importantes desafíos con oportunidades de inversión y posibles obstáculos financieros. 

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