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Integración al mundo: los cambios globales a los que debe prestar atención la Argentina

Integración al mundo: los cambios globales a los que debe prestar atención la Argentina

A escala mundial se están produciendo transformaciones radicales que inciden sobre la integración regional, entre los países del Mercosur, y sobre la estrategia de las empresas en su inserción global.


Durante la conferencia de comercio internacional CI23 que organizó la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, el consultor Marcelo Elizondo enumeró los cambios que se están produciendo a escala internacional y a los que se deberá prestar atención para la integración regional y la inserción de los negocios y proyectos de las empresas.

En el mundo se está produciendo una transformación sustancial que obliga a pensar un acoplamiento con las grandes tendencias mundiales. Elizondo enumeró estas tendencias:

Internacionalización económica.

A pesar de que hubo una serie de anticipos y profecías respecto de una interrupción de la internacionalidad económica, lo cierto es que la economía sigue siendo muy internacional; en 2022, la suma de las exportaciones de todos los países llegó a casi 32 billones de dólares, récord absoluto.

Geopolítica, bloques y empresas.

Esa internacionalidad está siendo afectada por influencia de la geopolítica, como segunda gran novedad. Eso hace que los países estén formando parte de bloques y las empresas empiezan a mirar alianzas y no el universo total. El proceso sigue siendo internacional, pero está teniendo un contexto geopolítico.

La revolución tecnológica.

Un tercer componente radica en que se está produciendo una profunda revolución tecnológica, que está modificando sustancialmente el modo en el cual se produce, se invierte, se trabaja y se comercia, y hace que tengamos que modificar la perspectiva de la agenda de integración de los países y sobre todo de las empresas.

Liderazgo de las empresas globales.

Hay empresas globales que se han transformado en las grandes líderes en la generación de nuevas realidades. El mundo de hoy es un mundo en el cual las transformaciones están mucho más en manos de las grandes empresas que disrumpen, antes que la propia agenda política. Antes los cambios eran la formación de la Unión Europea, la conversión de China capitalista, la caída del muro de Berlín, acontecimientos políticos. Hoy son empresas “inventando” y generando nuevas realidades, planteando desafíos en una agenda diferente.

Esas empresas han empezado a generar grandes coaliciones, alianzas, ecosistemas de vínculos globales que también transforman el modo en el cual se produce la internacionalidad económica.

Como consecuencia de lo anterior “tenemos una economía profundamente volátil e inestable”, planteó Elizondo. Enfrentar todo lo anterior, con una cantidad de hechos disruptivos (pandemia, cambio climático, conflictos bélicos) es un escenario que “vino para quedarse, no son episodios ocasionales”.

En ese marco, hay que generar una agenda de internacionalidad de nuestros países, que genera un doble desafío: el doméstico para recuperar terreno, y el acoplamiento con el resto del mundo, resumió Elizondo.

En el mismo panel, Ricardo Rozemberg, especialista en integración y comercio del INTAL afirmó que a partir de la crisis financiera de 2008-2009, el motor de la globalización se ralentizó. Ese motor era el comercio mundial, las inversiones, las cadenas globales de valor. Luego incidieron el Brexit, la política comercial de Estados Unidos y las tensiones con China, la pandemia, y más recientemente la guerra en Ucrania. Es un mundo claramente más complejo y difícil, más selectivo, observó.

El comercio sigue creciendo, las inversiones siguen estando, pero con menor velocidad y mucha volatilidad, es un mundo diferente, donde los servicios tienen un fuerte protagonismo, y aparecen la tecnología y el conocimiento como factores centrales en las funciones de producción, sostuvo Rozemberg.

En este mundo diferente, una de las claves es la regionalización, una mayor preferencia por lo regional, más “regionalismo”, especialmente donde hay algún liderazgo económico y comercial como en el este de Asia, Europa o los EE.UU. Otra clave radica en que el comercio de servicios crece más que el de bienes y es más digital.

La internacionalización sigue siendo relevante, explica entre 30 y 40% de la economía mundial; las inversiones explican 2/3 partes de ese comercio, pero es un mundo más complejo y selectivo. “Siempre hay oportunidades para economías medianas y pequeñas como las nuestras, para empresas exportadoras donde el mercado internacional sigue siendo casi infinito. Estas oportunidades que aparecen no son automáticas, requieren también de un pensamiento estratégico”, afirmó Rosemberg.

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