La búsqueda de candidato en medio del hundimiento
Columna por Walter Giannoni.
Una doble sensación inspira estos días de la política argentina.
El oficialismo, o las diversas y contradictorias partes que lo integran, puso en marcha el proceso para encarar las próximas elecciones, sobre todo las presidenciales donde se juega la retención del poder. Por otro lado, esa desenfrenada y la vez compleja búsqueda de candidatos, se produce en medio de una debacle económica que encuentra en la inflación y en la falta de dólares, sus principales expresiones.
La Justicia le quitó por estas horas a CFK una de las cargas que le imputaba: 377 llamadas telefónicas entre ella como jefe de Estado y un contratista del Estado no constituyen delito. Eso la libera, pero a la vez le deteriora en algo el argumento de la proscripción que agita a parche batiente para no ser candidata. ¿Implica, adicionalmente, una señal judicial para el futuro personal de la vicepresidenta?
Sergio Massa, en tanto trata de disimular su interés por ser el postulante presidencial, algo que ansía desde su fibra más íntima, según ha reconocido su mujer. Lo hace entre los amagues de quienes apuntan a correrlo por izquierda como si la Argentina tuviera un menú de opciones que excluyera un entendimiento con los acreedores externos.
Lo que no se sabe con alguna mediana certeza es qué va a ocurrir con la economía en estos 28 días corridos que quedan hasta la oficialización de los precandidatos, el 24 de junio, el día previo a las elecciones provinciales en Córdoba.
El deterioro es enorme y se acelera. Lo explica a diario el Banco Central con cada una de las comunicaciones donde acentúa progresivamente el acceso a las divisas. Para la enorme mayoría de las empresas, el plazo de pago de las importaciones fue extendido a un lapso que va de los seis meses a un año.
Pero, además, las compañías que prestan servicios de fletes a un país donde de por sí llegan pocos barcos desde los epicentros mundiales de la actividad económica, deben pagarlos con la cotización del dólar MEP. “Argentina está cansando a todos”, resumen en el empresariado.
Es difícil precisar cuándo esta situación va a golpear ya de lleno a la actividad productiva, como un misil que se incrusta en la línea de flotación. Algunas acumularon stocks aprovechando el dólar oficial de otros momentos; otras consiguen que sus proveedores locales les envíen algo. Pero va quedando claro que el proceso de deterioro es irreversible.
